Desde hace varios años, suelo compaginar
el running con el senderismo, y de cuando en cuando, me gusta volver a lugares
de los alrededores de Alumbres que en mi infancia y juventud tanto frecuenté,
unas veces de merienda con amigos y familiares en el día de la Candelaria, y
otras en diferentes actividades propias de la juventud.
Supongo que las generaciones nacidas
después de los años 70 del siglo pasado, que fue cuando se instalaron los
depósitos de Campsa, conocen estos lugares más que nada por referencias, porque
la verdad, las escasas vías de comunicación que se disponen son complicadas y
es natural pensar que la mayoría no los han visitado nunca, aunque sus padres
es posible que les hayan hablado de ellos.
En el paraje de Las Cuatro Fuentes
Las instalaciones deportivas en primer plano y parte de Alumbres. Foto: Fº. Atanasio Hernández
La Iglesia de Alumbres. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Alumbres y parte de los depósitos de Campsa. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En muchas ocasiones, unas veces solo y
otras acompañado por un grupo de amigos, he subido a Sierra Gorda, La Parreta,
el Cabezo Rajao, El Calvario, La Porpuz, la Sierra de La Fausilla con las baterías
de Aguilones y Conejos y El Canalote, pero hace unos días alguien me preguntó
por ese paraje, por lo que recordé que desde hacía mucho tiempo tenía en
cartera subir a las Cuatro Fuentes y este podía ser un buen momento.
Así que ayer me decidí y bien
tempranico, a las 7 y poco más ya estaba aparcando mi vehículo cerca del Casino
e inicié la marcha hacia los montes que hay detrás de los tanques de Campsa.
Parte de Refinería. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Borricén, Roche y el Cabezo Ventura al fondo. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En otros tiempos había personas que
recolectaban leña en los montes, y ganados que recorrían aquellos lugares, por
lo que había senderos para andar por el monte con cierta soltura, pero hace ya
muchos años que ni leñadores ni ganados transitan por allí, y las aliagas lo
han colonizado todo, por lo que es muy complicado llegar arriba.
Con más o menos dificultades he
conseguido llegar al objetivo, que no es otro que el paraje conocido por Las
Cuatro Fuentes.
Paraje de las Cuatro Fuentes. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Paraje de las Cuatro Fuentes. Foto Francisco Atanasio Hernández
Mirto. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Un embriagador aroma a tomillo, romero,
jaras, y tantas y tantas plantas aromáticas que crecen en nuestros montes me
han embargado durante unos minutos, mientras mis recuerdos se agolpaban
presurosos en mi mente haciéndome retroceder 55 años atrás, que son los que
hacía desde la última vez que estuve por allí.
He buscado ansioso el agua por el lugar,
pero no he encontrado ni una gota, y aunque es posible que las aguas hayan cogido
otro camino, parece extraño que ninguna de las fuentes conocidas de la zona
tenga agua en un año como este en el que tanto ha llovido. En la Miguelota hace
ya muchos años que dejó de manar su fresca agua, y lo mismo sucede con la de la
Peraleja y otros lugares que da pena recordar.
Por aquellos caminos
Fotos: Francisco Atanasio Hernández
Destaca también la degradación del
paisaje por la mano destructiva del hombre, se han construido caminos para vehículos
todo terreno y como ya he dicho el agua no se ve por ninguna parte.
Al este del paraje, camino de la zona de
El Gorguel, aún se puede apreciar un pequeño bosquecillo de pinos que continúa
en la otra ladera del monte, la que da al Gorguel.
La vegetación más destacable se
concentra en los ramblizos, mirtos en flor, baladres, lentiscos, algarrobos, alguna higuera,
zarzaparrillas, cañas, etc.
Palmito. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Zarzaparrilla. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Los palmitos los he visto tanto en la
zona más húmeda del ramblizo, como en la más seca, donde predominan el esparto
y la aliaga, acompañados de albardín,
tomillo, lavanda, jara, bolaga, romero, mata mosquera, etc.
La verdad es que ha quedado el lugar un
tanto desolador, y solamente alegra un poco la vista observar que la vegetación
y los animales luchan por no desaparecer a pesar del ser humano.
Sin embargo, mi estado de ánimo ha
mejorado cuando he visto un par de zorras, que seguramente andaban de caza, y
que al verme han desaparecido de inmediato, y digo que estaban de caza, porque
enseguida he avistado a unos conejos por allí cerca a los que sí he podido
fotografiar, y como se sabe, esos animalitos forman parte de su dieta.
Conejos en el paraje. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En conclusión, he vuelto a pisar uno de los entrañables lugares que me faltaban, y espero volver a hacerlo en un
futuro no muy lejano.
NUEVA VISITA A LAS CUATRO
FUENTES CON MI PRIMO PEPE 9-10-2021
Esta mañana, bien
tempranico, me he dirigido hacia Alumbres para realizar una visita al antiguo
paraje de Las Cuatro Fuentes en compañía de mi primo Pepe.
En la actualidad para
llegar allí hay que jugársela con las innumerables aliagas (Calicotome
spinosa), y también con los espartizales que te hacen más complicada la
ascensión al monte.
Pero una vez en la vaguada,
donde otrora se veía manar el agua, solamente se pueden admirar los arbustos
que adornan el lugar y poco más por el efecto destructor de las máquinas sobre
el entorno, antes natural.
Los manantiales han
desaparecido, y parece que ha tenido mucho que ver la mano destructora del
hombre y por lo tanto, desde hace muchos años, tampoco discurre agua hacia el
Canalote.
Con mi primo Pepe el 9-10-2021
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