La lucha de las mujeres por sus derechos
en España ha sido un camino muy largo y lleno de dificultades, aunque es verdad
que en lo que se refiere a la igualdad todavía les queda un largo trecho que
recorrer.
La primera vez que se reconoció el
derecho al voto femenino en España fue en 1931, y lo ejercieron por primera vez
en las elecciones de 1933, luego, tras el Golpe de Estado de Franco y la
dictadura fascista de casi 40 años no volvieron a ejercer el derecho al voto
hasta 1977, pues durante la dictadura franquista, las mujeres fueron educadas
para ser “amas de casa”, por lo que se les preparaba para casarse y procrear, y
aunque como siempre hubo excepciones, la inmensa mayoría cumplió con su
cometido.
Sin embargo, los movimientos feministas
en este país de sol y pandereta comenzaron a andar hacia la mitad de 1970, en
las Comunidades Históricas de Cataluña, País Vasco y Galicia, que siempre
fueron las más avanzadas del país, por lo menos es lo que nos muestran los
adhesivos de la época.
Dispongo de una buena colección de
adhesivos (pegatinas), feministas con las que se puede observar la evolución
del feminismo en España, y el día 8 de marzo se comenzó a celebrar en los años
80 como DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA, y posteriormente
se cambió la denominación por DÍA
INTERNACIONAL DE LA MUJER.
Temas, como los anticonceptivos, el
aborto, la violación, la violencia de género, la diferencia salarial, etc.,
etc., han sido, y algunos siguen siendo reivindicaciones tradicionalmente
reclamadas por diferentes colectivos femeninos.
No obstante, tengo que decir, que ni
todos los movimientos feministas ponen el acento en los mismos temas, ni
tampoco sus formas de reclamarlos son iguales, por lo que se podría decir que
el movimiento feminista se fragmenta según los programas que defienden, progresistas,
feministas integrales, lesbianas y transexuales.
Por supuesto, entre la sociedad también
hay diferencias a la hora de valorar, tanto los planteamientos como las formas
de lucha que presentan cada uno de los colectivos femeninos, y como es natural
no todos los planteamientos son aplaudidos por la sociedad en general y por los
varones en particular, y mucho menos por los partidos de la derecha y los
ultraderechistas que rechazan los derechos de la mujer abiertamente, y las
prefieren en la casa limpiando y cocinando.
También yo, tengo cierta simpatía por
los planteamientos de muchos de estos colectivos femeninos, pero no de todos,
porque como en todos los aspectos de la vida, hay quienes con el pretexto de
luchar por sus derechos, suelen invadir los derechos de otros, el de la pareja,
el del hermano, el ex esposo, el de los varones en general, y eso ya no es
justo y nunca lo apoyaré.
Yo que viví activamente los años de la transición, vi cómo daban sus primeros pasos algunas de las organizaciones feministas de Cartagena y Murcia, y en aquellos tiempos eran pequeños grupos de mujeres con más voluntad que medios, a diferencia de la actualidad, que la mayoría de las organizaciones están institucionalizadas y muchas de ellas disponen de locales donde reunirse y respaldo económico de los ayuntamientos y de las comunidades autónomas.
De mi colección de Adhesivos
Hace un par de años asistí a una manifestación feminista y tuve la satisfacción de ver a unas jóvenes que portaban una pancarta con un lema que creo que no es necesario explicarlo “Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”.
Sin embargo, a estas alturas del
siglo XXI nadie, nada más que la derecha más rancia y reaccionaria, puede negar
ya que las mujeres se han ganado su espacio en la sociedad, no sin dificultades
de todo tipo, incluso hasta hoy, Día
Internacional de la Mujer, están
siendo atacadas por los que pretenden que la sociedad se quede anclada en el
Medievo.
El año pasado por estas fechas,
nadie pensaba en que la pandemia estaba acechando, y tanto el movimiento feminista, como toda una
serie de actividades lúdicas, todo tipo de deportes, entre ellos fútbol a todos
los niveles, teatro, cine, etc., incluso
Vox, el partido más intransigente, racista y peligroso de la política actual española,
organizó una asamblea multitudinaria en Vistalegre, con el dirigente Javier
Ortega Smitch infectado del Covid-19 que trajo de Italia, y que como se supo, contagió
a otros “camaradas” del partido ultra, todas las actividades se realizaron con
normalidad por toda la geografía española, pero después toda la derecha, PP.
Vox, Cs, y la mayoría de la prensa se ensañó con la manifestación del
Movimiento Feminista en Madrid.
Ahora igual, la derecha, la
ultraderecha y buena parte de la prensa, respaldadas por algunas ministras del actual “Gobierno más
progre de la historia” se han empeñado en que las feministas no se manifiesten,
ni siquiera manteniendo las medidas de seguridad.
Lo verdaderamente trágico, es que
esas mismas ministras que ahora quieren dar lecciones de civismo y de lucha por
la salud de la ciudadanía, no dijeron una palabra cuando hace unos días, un
numeroso grupo de nazis se concentraron en Madrid, con símbolos de su ideología
genocida, consignas antisemitas y banderas anticonstitucionales, que a
cualquier demócrata debería ruborizarle, pero a ellas parece que no les importó
mucho.
Durante toda la pandemia en Madrid
se han estado manifestando con y sin mascarilla, negacionistas y fachas del
Barrio de Salamanca, y en Navidad se celebró un concierto de Rafael en lugar
cerrado con asistencia de más de 5.000 personas, pero para todos esos actos las
ministras y ministros socialistas no tuvieron una sola palabra de reproche.
Ahora sí, todos esos hipócritas y
fariseos que antes hicieron la vista gorda con los gestos fascistas y que
quieren aparentar ser “personas de orden” y “demócratas de toda la vida”,
quieren convencernos de que las mujeres no se manifiesten para proteger a la
sociedad del Covid-19.
Mentira pura y dura, lo cierto es que han
cedido, como siempre, ante los poderes fácticos y ante la presión de los
fascistas.
Incluso el Delegado del Gobierno de
Madrid, que ha permitido tantas barrabasadas de los fascistas madrileños, ahora
niega a las mujeres su derecho a manifestarse, eso para que muchos se
enorgullezcan de tener el “Gobierno más progre de la historia”.
Por último, como se habrá podido observar este escrito va acompañado de una serie de “pegatinas” feministas de mi colección.
Fuentes consultadas y/o utilizadas
Libros
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