El 26 de
enero de 2002, se produjo un incendio en un silo que Fertiberia tenía en los
terrenos que antes fueron de Fertilizantes, y que contenía más de 15.000
toneladas de abono nitrogenado triple 15. Durante cinco días estuvo ardiendo y
emitiendo vapores a la atmósfera, presumiblemente tóxicos, en densas nubes que
pasaban por el pueblo en dirección a Levante, provocando en principio la alarma
y la incertidumbre entre los alumbreños, y la indignación después, porque
vieron que en la práctica, el tan cacareado Plan de Emergencia del Valle, no
servía para nada.
La población alumbreña, se manifestó ante la sede de la Asamblea Regional para exigir un Plan de Emergencia del Valle que tuviera en cuenta al pueblo de Alumbres.
La forma en
que se pretendió acabar con el incendio se demostró inútil, porque lo único que
se consiguió echando agua de forma masiva, fue eliminar cualquier posibilidad,
por remota que ésta fuese, de descubrir algún día la causa del extraño
siniestro.
No obstante,
sí que le sirvió como pretexto a la empresa Fertiberia para presentar el
segundo Expediente de Regulación en un año, con el que, gracias a la
permisividad de la Autoridad Laboral, y la mansedumbre de los sindicatos y los
sindicalistas actuales, que a cambio de oscuros beneficios personales y
particulares, entregan la salud y la seguridad de los trabajadores y los
ciudadanos de los pueblos cercanos a la arbitrariedad de los empresarios, en
ésta ocasión y una vez más, firmaron el Expediente sin rechistar, y dejaron en
situación de excedentes al 70% de la plantilla, a pesar incluso, de que los
trabajadores en asamblea habían acordado que no se firmara, porque esa firma,
les impediría acudir a los tribunales en defensa de sus derechos.
Y es que, el
Estado de la Corrupción en el que estamos instalados tantos años ya, está
concebido para que pueda medrar la gente más desalmada y de menos escrúpulos,
con la sociedad en general convenientemente maniatada y estabulada.
A este
respecto, los días 18 y 19 de mayo de 2002, los periódicos de la Región de
Murcia “El Faro de Cartagena” y “La Opinión” me publicaron íntegramente el escrito siguiente:
LA GRAN FARSA POLÍTICO SINDICAL DE FERTIBERIA
En enero se incendió un silo con más de 15 mil toneladas
de Triple 15, y a pesar de que todos sabían que el agua sólo servía para borrar
huellas, se le estuvo echando agua hasta que no quedó ninguna, pero los
técnicos de la Comunidad y algún que otro especialista en mierdas, coincidieron
en que no había duda de que la causa del incendio se encontraba en la
fermentación de las cagadas de las palomas. Los potentes medios de comunicación
del Gobierno difundieron la sesuda conclusión a bombo y platillo, y nadie tuvo
la decencia de desmentir la descomunal patraña.
Después transcurrieron casi dos meses de
inexplicable silencio sindical, a pesar de que la empresa había anunciado ya el
despido de 265 trabajadores aprovechando el oportuno desastre.
Curiosa pasividad de quienes pocos meses antes, nos
habían estado convocando a una huelga de 15 días para defender la subida
salarial de medio punto en un Convenio que se negociaba con 10 meses de
retraso. Y un mes después, en diciembre, la sorprendente noticia de que un
dirigente sindical liberado, miembro del Comité Intercentros de Fertiberia,
obtenía la Baja Incentivada que ahora nos han negado a los demás. Sin embargo a
ninguna Autoridad, Laboral o Judicial, le ha interesado hasta ahora, este
oscuro e inconstitucional asunto.
Y continuó la comedia político sindical. Mientras el
Comité de Empresa se dedicaba a tener controlados a los trabajadores dentro de
las cuatro paredes de la fábrica, y a crear falsas expectativas con
fotográficas visitas a diversos políticos que prometían entregarse en cuerpo y
alma a la causa, los sindicalistas del Comité Intercentros se interesaban
porque los mayores de 55 años se sintieran satisfechos en sus demandas, (de los
265 excedentes, sólo 34 eran menores de 55 años) entretanto abandonaban a su suerte
al colectivo minoritario. Y entonces se desconvocaron todas las huelgas, con
nocturnidad, alevosía y verticalismo al más puro talante, porque al parecer, ya
se habían obtenido todas las reivindicaciones sindicales, y a pesar de que
desde Cartagena se les imploró que no firmaran el preacuerdo, todos lo firmaron
incluidos los 2 representantes sindicales de Cartagena.
Pero lo cierto es que los únicos que salen bien
parados de esta monumental patraña son los mayores de 55 años, a los 34
restantes se nos ha tratado como simple mercancía a precio de saldo. Se dijo
que los traslados a otras comunidades autónomas suponían un trauma para los
trabajadores, bueno pues, 14 de ellos forman parte de una lista de la que sólo
saben que son trasladados pero no adónde. Los 20 restantes somos recolocados en
Carbonato de Estroncio, unos pasando por el paro sin tiempo determinado, y
otros pasando directamente a depender de ésta, aunque eso sí, con nuevo
contrato, sin indemnización de despido, perdiendo la antigüedad, perdiendo la
categoría profesional, perdiendo el sueldo, sin medio de transporte, y con un
nuevo sueldo más propio de un inmigrante ilegal que de un trabajador nacional
que tiene una experiencia de 33 años de antigüedad, (pero la mayor tragedia
laboral y sindical de estas recolocaciones es que el mismo empresario que nos
despide sin indemnización, nos contrata en otra de sus empresas por la mitad
del sueldo, y de paso nos estafa además nuestras futuras jubilaciones, porque
muchos superamos los 50 años). Curiosamente, los sindicatos han podido negociar
que tanto las esferas de amoniaco, con todo su equipamiento, así como sus
riquísimos terrenos, y sus trabajadores con toda su experiencia pasen de manos
de Fertiberia a manos de Químicas del Estroncio, sin embargo, los sueldos de
sus empleados y sus correspondientes indemnizaciones de despido ha sido
imposible, según la versión sindical.
Bueno, y si habláramos de cómo se han seleccionado
los trabajadores que se quedan en lo que ha quedado de la factoría de
Fertiberia-Cartagena, podríamos ver que los únicos trabajadores que actualmente
tienen derechos son los sindicalistas, sus familiares y sus amiguetes, para el
resto, no sirve de nada ni la antigüedad en la empresa, ni el puesto de
trabajo, ni la idoneidad, ni otras circunstancias personales.
La dictadura sindical es un hecho irrefutable,
porque seguramente sigue vigente la Democracia Orgánica del glorioso pasado de
los que mandan y como algunos no nos hemos enterado todavía, creemos que
tenemos derecho a que alguien se interese por ver hasta dónde llegan los lodos
de éste desdichado asunto.
Un año
después, a mediados del año 2003, Fertiberia, presentaba un nuevo expediente,
el tercero consecutivo, éste de cierre definitivo de las instalaciones de
Escombreras, que naturalmente fue aprobado por la Autoridad Laboral y los sindicatos,
y a finales del mismo año, dejaba de producir y cerraba sus puertas tras 34
años de actividad.
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
Documentos
-Francisco Atanasio Hernández. Artículo publicado en La Opinión de Murcia y El Faro de Cartagena
Fotos
-El País-EFE.
-La Verdad.
-Desconocido.
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