Cualquiera
diría que la elaboración de un buen chorizo es fácil, pero los expertos saben
que para conseguir un embutido de calidad, todos los ingredientes que hayan de
utilizarse también tienen que serlo, y nunca hay que olvidar la mano de los
expertos, el toquecito ese que sólo los maestros choriceros saben darle en el
proceso irremediable de la manipulación y el envasado.
Cerdo. Foto: Francisco Atanasio Hernández
La materia prima del chorizo es el cerdo
principalmente, y en nuestra tierra abundan más los puercos que los nobles
amigos del hombre, pues de ese animal omnívoro, capaz de comer todo lo
comestible, incluida la carroña si se la encuentra en su camino, se utiliza
todo, el morro y el cerebro en especial, con el fin de que el producto final,
el embutido, contenga todas y cada una de las materias esenciales que
caracterizan al marrano, y las más importantes no pueden faltar.
Chorizos. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En este país, los chorizos se fabrican
entre sórdidas paredes de hormigón, debidamente insonorizadas, dotadas de cómodos
sillones de piel y mesas redondas de roble, donde cada uno de los profesionales
tiene reservado un lugar privilegiado, para que se sientan a gusto cuando
comience la elaboración del sabroso manjar.
Además del marrano como materia
principal, es necesario que contenga un número determinado de ingredientes, una prevaricación por aquí, un indultito por allá, un
enchufito por un lado, un currículum adulterado, una
sagrada bendición y un presentador influyente por el otro, además de una buena foto y una
buena campaña publicitaria pueden poner bonito a lo más desagradable, y aunque
el proceso tiene varias fases que deben de cubrir cada uno de los especialistas
que participan en la elaboración del embutido, la calidad del producto final
está garantizada.
Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
Primero interviene el especialista en
seleccionar al guarro, que tiene que ser un personaje bien situado, con mucha experiencia
y carente de escrúpulos, y en todo caso, un leal servidor de la casa sobre el
que no se tengan dudas de que hará un buen trabajo de designación.
Pronto comienza la fase de los
maquilladores y embellecedores de imagen, entre los que cabe destacar, la
poderosa maquinaria de servidores públicos y la mediática afín, (bien engrasada con dinero de las arcas del Estado) sin
cuyo toque especial el producto nunca sería el mismo, porque estos
especialistas se encargan de limarle todas las asperezas que lleve el producto
de origen y de darle un toque de distinción y una apariencia apetitosa para
evitar el rechazo de los consumidores, que aunque torpes en general, porque no
distinguen lo bueno de lo malo, a veces, si no se “pule” el producto se deja a
merced de la suerte, y un buen comercial no puede someterse a esos riesgos.
Dibujo:
Francisco Atanasio Hernández
Una buena presentación en sociedad,
mediante un buen proceso de difusión de la imagen sutilmente manipulada y
suficientemente edulcorada en los medios más importantes de la comunidad
regional y nacional, acerca de forma rápida el producto a los consumidores, que
de verlo una y otra vez, su esencia pronto calará en la población, que al fin y
al cabo son quienes lo han de consumir.
La maduración y el sello de calidad, van
unidos, y los especialistas tienen que actuar con determinación y sacar el
producto a la calle a que le dé el aire y coja color y textura, entrando en
contacto con los consumidores para una madurez adecuada a las exigencias del
mercado, por lo que ha de conocerse in situ por el personal que podrá apreciar
por sí mismos sus cuantiosas y exquisitas cualidades.
Chorizos. Foto: Francisco Atanasio Hernández
El trabajo de maquillaje y difusión de
la calidad del producto no se puede relajar un instante, por lo que los técnicos
de la imagen deben de continuar su labor, incluso cuando el producto esté ya en
el mercado, a veces con más profesionalidad y celo todavía, evitando la divulgación
de opiniones que puedan manchar la buena imagen del chorizo protegido (a eso en
otro tiempo lo llamaban censura. ahora lo llaman libertad).
Por último, el sello del Chorizo con
Denominación de Origen lo promueven los jefes de la fábrica donde se ha
elaborado el producto, el cual podría tomar una llamativa denominación y ocupar
un lugar destacado en la estructura de la fábrica y de la sociedad, según el
interés de los más importantes socios capitalistas que lo elevarán a los
altares si fuera preciso.
En fin, pueden adoptar cualquier
honorable nombre que se les ocurra y ocupar un lugar preeminente en la
sociedad, porque esos sí serán los elegidos, según las santas escrituras y las
que no lo son también, los demás, la mayoría de los que los eligen y mantienen
en sus cómodos sillones, son la carne de cañón, las marionetas necesarias, unos
pringaos.
Hace muchos años, en la década de los 90´del pasado siglo XX, realicé un poemita de contenido político social cuyos principios están tan vigentes como entonces o más.
ES LA HORA DE LOS BUEYES
Llegaron las
horas del sosiego y de la paz
y las noches
se plagaron de relucientes estrellas
para los
noctámbulos y los bohemios.
Eran los
días del silencio de los campos
y en sus
tardes germinaron amapolas
que
esculpieron el paisaje de colores indecisos.
Fueron los
años del preclaro despertar
y un
ramillete de rosas y de lilas
poseyeron a
la diosa de los sueños.
¡¡
Ya no se llevan los yugos
es
la hora de los bueyes!!
Llegaron las
horas de abolir el miedo
y un furioso
torbellino de ansiedades
demandaba
por las calles su inquietud.
Eran los
días de la templanza y el ocio
y un vendaval
de incontenibles pasiones
destronaba
impudoroso la moral de las costumbres.
Fueron los
años de entronar las libertades
y un
inefable cortejo de fanfarrias y arlequines
despidió a
los ideales en su última morada.
¡¡
Ya no se llevan los yugos
dejad
que salgan los mansos!!
Poema
-Francisco Atanasio Hernández. Es la hora de los bueyes.
-Francisco Atanasio Hernández.
Dibujos
-Francisco Atanasio Hernández.
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