miércoles, 20 de febrero de 2019

VIVIMOS UNA SITUACIÓN POLÍTICO SOCIAL EXCEPCIONAL, COMO SIEMPRE QUE SE CONVOCA UN PROCESO ELECTORAL



            Nuestra actual Constitución, que tiene innumerables deficiencias y que después de 40 años ya es hora de que se hubiera abordado una reforma seria y sin ataduras franquistas, consagra el derecho de todos los ciudadanos a elegir y ser elegidos, pero hay que tener claro que un derecho no es una obligación, por lo tanto el mismo respeto merece el que acude a votar porque cree en el programa de un partido político cualquiera, que el que harto de tanta mentira y corrupción política e institucional decide no acudir a las urnas.
            En mi opinión, la degeneración política que desde los albores de la democracia padecemos en este país, ha dejado a la izquierda huérfana de candidatos que se precien de serlo.
            Por un lado el partido más importante y que más tiempo ha gobernado el país, el PSOE, cuando estuvo en el poder gobernó como un partido de derechas y nunca cumplió sus promesas electorales, y si tuvo algún aliado serio con el que pactar cuestiones de Estado siempre fue de la derecha más rancia, PP, Cs y nacionalistas conservadores. Además su política en materia social y laboral siempre fue al gusto de los poderes fácticos, banca, multinacionales, eléctricas y grandes fortunas.
            El Gobierno de Pedro Sánchez no ha sido muy original que digamos, prometió que iba a derogar la Ley Mordaza; la contrarreforma Laboral de Rajoy (contratos basura y salarios de hambre en especial); reformaría la Constitución; sacaría a Franco del Valle de los Caídos antes de Navidad (pero estos sociatas son más respetuosos con los fascistas que con los demócratas); los pensionistas tendríamos una revalorización anual por Ley; etc., etc. Promesas, y nada más que promesas, como siempre.
            En algunos municipios y pueblos gobernados por el PSOE, los ciudadanos tenemos que seguir soportando los símbolos y monumentos a los franquistas más destacados y despiadados del lugar, como es el caso de Cartagena y Alumbres, donde descaradamente se niegan a retirarlos, y ninguna otra fuerza política con representación municipal, ha dicho una sola palabra en apoyo de quienes pedimos su retirada desde hace varios años.
            En Estados Unidos solo hay dos partidos y son de derechas, y en España que desde los albores de la democracia se tiende a ser un reflejo de la política americana, tenemos tres organizaciones de derechas con el mismo programa retrógrado (PP, Cs y Vox), uno que actúa de mamporrero de la derecha (PSOE), y otro indefinido, que cuando más necesaria es la formación de una sola voz popular, es cuando aparece alguien como Errejón y organiza una crisis interior cuyos resultados electorales negativos son adivinables. Pero a ellos no les importa porque son oportunistas profesionales y solo quieren un sillón bien cómodo y calentito.
Adhesivo. De mi colección particular de adhesivos
            Ahora, al calor de la llamada electoral, surgen las proclamas alarmistas de uno y otro lado de la orilla. De hecho, los patriotas de “to” la vida, apelan al patrioterismo barato, porque con la bandera rojigualda desplegada es más fácil ocultar el producto de los grandes chanchullos institucionales y los más suculentos robos a la PATRIA que dicen amar, pero que desmantelan y desvalijan sin miramientos, y por el otro lado, unos reclaman “el voto útil”, pero si no es para ellos ya no es tan útil, mientras otros llaman a la “responsabilidad de ir a votar”, aunque lo que quieren decir, es que si les votas a ellos adquieres la categoría de ciudadano “responsable”, pero si votas a otros o no votas no.
            Y mientras tanto asistimos al procesamiento de los mandatarios catalanes que permanecen en prisión provisional más de un año por haber puesto urnas a su pueblo para que decida, y todavía se atreven a decir que España es un Estado Democrático y de Derecho.
            Así que, como todos somos mayorcitos y hemos disfrutado, o más bien padecido, los diversos procesos electorales de estos últimos 40 años, de cara a la próxima convocatoria electoral de abril, que nadie me de lecciones de democracia y que cada cual haga lo que crea conveniente, que yo haré lo que considere oportuno.

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