Qué
se puede decir de la clase política española más inepta de la historia, y más
incapaz de demostrar un mínimo de honradez a una sociedad, harta ya de tanta
porquería, e impotente porque no existen mecanismos democráticos para acabar
con tanta indecencia e ineptitud.
Si los partidos políticos actuales
fueran mínimamente democráticos y realmente tuvieran un sentido de Estado de
servir a la sociedad, lo primero que harían es retirar a los políticos más
ineptos, que inevitablemente son todos aquellos que han estado al frente de la
tragicomedia más fraudulenta que se haya fraguado en los últimos cuarenta años
y que no es otra cosa que las falsas expectativas de negociación de un gobierno
progresista que han creado en la sociedad y que después de varios meses de
pésimas interpretaciones se han resuelto en una nueva convocatoria electoral,
que es lo que más le conviene a los poderes fácticos y a los que no quieren
cambiar nada.
Sí, la transición fue un fraude
descomunal, nadie con un mínimo sentido de la honradez puede negarlo ya, de ahí
los lodos que nos estamos tragando ahora. Todo está atado y bien atado. No es
posible entender tanto desatino político desde otro punto de vista, porque
hasta ahora el PSOE, solamente se ha entendido bien con los partidos herederos
del franquismo, para aplicar el 155 en Cataluña, o para reformar la
Constitución de acuerdo a los intereses contrarios a la sociedad, incluso han
tenido en sus filas ultraderechistas declarados como Barrionuevo o Rosa Díez
por poner un par de ejemplos que nos ilustren.
El PSOE, que dudo que tenga alguna
ideología, solo ansias de poder, tienen además la poca dignidad de calificarse aún
de izquierdas, aunque siempre habrá descerebrados que se lo crean, y son
quienes han fraguado la última gran trama reaccionaria, la de convocar nuevas
elecciones después de más de dos años de gobiernos en funciones, es decir de
paralización de esa España que mencionan como si fuesen los únicos patriotas,
pero eso sí, ellos no han dejado de cobrar como si estuvieran cumpliendo con
sus obligaciones, primero lo hizo el PP de Rajoy y después el PSOE de Pedro
Sánchez.
La estafa es monumental, pues se trata
de incumplir una vez más los compromisos con la sociedad, ya no podrán cumplir
con la derogación de la Ley Mordaza que según decían iban a derogar de
inmediato, ni la contrarreforma Laboral de Rajoy, ni tampoco la de garantizar por
Ley la subida de las Pensiones, etc., etc. Estafa sobre estafa, es la práctica
habitual de este partido que emplea la O de obrero para engañar a los más
confiados ciudadanos.
Esta degenerada clase política no nos
trata con el respeto que se merecen los ciudadanos de una democracia, para
ellos somos un rebaño de ovejas que pueden conducir adonde quieran.
Hay que recordar que algunos de los
dirigentes del gobierno en funciones, son los mismos que se colocaron en la Ejecutiva
del PSOE a través de un “Golpe de Estado” bien organizado por los llamados “Barones”
del partido. Las bases aquí no pintan nada “Con el pueblo, pero sin el pueblo”,
como en los mejores tiempos del absolutismo. El PSOE sigue siendo el partido
enmascarado, cómplice de la derecha más casposa desde los albores de esta falsa
democracia, y eso lo confirman los hechos, y no hay que irse muy lejos en el
tiempo para verificarlo. En este país de corruptos, siguen habiendo símbolos y
monumentos a los franquistas gracias al PSOE, que habiendo sido el partido que
más tiempo ha estado en el Gobierno nunca tuvo voluntad de acabar con la
memoria franquista.
Hay que recordar que el Ayuntamiento de
Cartagena está formado por los concejales del PSOE, PP y Cs, para cuya
componenda, los del PSOE no tuvieron en cuenta la opinión de los militantes y
se pasaron por el arco del triunfo los estatutos democráticos de la
organización.
Tampoco hay que olvidar que en todo
este tiempo, este impresentable PSOE, no ha parado de pedir la colaboración de
la derecha para la investidura de Pedro Sánchez, pero el PP ha jugado las
cartas que le convienen, al igual que el falangista Rivera.
En quien recae toda la
responsabilidad del fracaso de las negociaciones es sobre todo en el PSOE, que
es quien ha querido que los demás lo consideren como si tuviera mayoría
absoluta, eso sí sin exculpar a Unidas Podemos, que primero cometió el error de
calificar la negociación entre partidos de izquierdas, incluso se convirtió en
su mensajero, y después se enrocaron en las negociaciones sobre la base de un
Gobierno de Coalición y desperdiciaron una oportunidad de acuerdo dando la
investidura al pelele antes de las vacaciones, y evitó así lo menos malo para
la sociedad y para el mismo Podemos.
Por lo tanto, es lícito que me
pregunte si tanto desatino por parte de unos y de otros es casual o estaba
previsto de antemano, y forma parte de una macabra obra teatral, y ahora nos
encontramos ante la indecente convocatoria de una nueva cita electoral, en la
que sin duda, la sociedad no tiene nada que ganar, sino todo lo contrario, y
está harta de tanta manipulación y embuste, por lo que será difícil que no haya
una histórica abstención, a menos que la maquinaria “lavadora de cerebros”, sea
capaz, de convencer a la mayoría de la sociedad “quemada” de que merece la pena
volver a las urnas a votar a los mismos trileros de esta farsa.
Por último, estoy persuadido de que ninguna
de las formaciones políticas actuales se merece la confianza de la sociedad.
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