Foto: Club de Atletismo Mandarache Cartagena en el Cross de Artillería de 2019
Para un deportista que se precie, en el deporte no todo vale.
El Espíritu Deportivo, es algo así como
un sello de calidad que cada uno llevamos dentro, aunque en el mundo del
deporte a nadie le gusta perder, y como en otras facetas de la vida, a la
mayoría le gusta ganar como sea, y es ahí, en ese minúsculo detalle, donde nos
distinguimos unos aficionados de otros, porque no todos aceptamos obtener la
victoria como sea, utilizando trampas y triquiñuelas.
Saber ganar y perder es uno de los
principios básicos que todo deportista tiene que llevar dentro, y en cualquiera
de los deportes que pongamos por ejemplo encontraremos a muy pocos que tengan
asumida la derrota, porque todos quieren ganar.
Luego está el típico fanfarrón que vende la piel del oso antes de cazarlo y que es el mismo que cuando las cosas marchan bien suele apuntarse los éxitos como suyos, pero cuando las cosas van mal, los fracasos se los achaca a todo el equipo.
Por eso no es casual que cuando el
equipo de “los amores”, sufre una derrota, la mayoría de aficionados
desaparecen como si no tuvieran nada que ver con el perdedor, y si el equipo
anda mal clasificado, el comportamiento de la mayoría de la afición suele ser
aún más grosero y distante.
Las redes sociales hoy es la pantalla
panorámica donde se puede ver a los aficionados fieles, que sufren cuando se
pierde y que disfrutan cuando se gana, y también se ve a esos otros que cuando
el equipo gana parece que son los únicos que lo quieren y respetan, pero cuando
pierde desaparecen de su lado como si llevara sarna. Es el signo de los tiempos,
todos quieren posar con el ganador, y nadie respeta al otro como quiere que lo
respeten a él.
Muchas veces hemos escuchado frases tan
poco constructivas y deshonestas como que ¡Quiero que ganemos aunque sea en el
último minuto y de penalti injusto!, pues bien, ese es el germen de la
injusticia en el deporte, porque como la mayoría quiere ganar “como sea”,
solamente se quejan cuando son perjudicados, y cuando es al revés y el
perjudicado es otro, entonces se burlan de él, convirtiendo el posible error de
un árbitro, en una injusticia colectiva.
Fotos: Francisco Atanasio Hernández
Evidentemente los árbitros se equivocan
muchas veces, y nos fastidia sobremanera que sea nuestro equipo el perjudicado,
por eso algunos solemos protestar con mucha frecuencia, pero los que ostentan
poder e influencias no soportan a los llamados “protestones” como yo, e inmediatamente
le ponen la etiqueta, y en cuanto alguien escribe una línea quejándose salta de
inmediato el “justiciero intachable”, para dejar claro que los suyos son
infalibles como él y sobre todo muy honrados.
Sobre la infalibilidad, es evidente que
nadie es perfecto, ni como persona, ni como profesional, y a todos se nos
escapa algún fallo que otro en nuestra actividad, y abundando en el tema, en
una sociedad podrida como esta que supura corrupción por cada uno de sus poros,
es natural que haya algunos elementos que aprovechando el poder que le otorgan
unas normas autoritarias y dictatoriales,
se avengan a vender su alma al diablo y cometan injusticias con
premeditación y alevosía, y como consecuencia, muchas veces paguen justos por
pecadores, de manera que algunos errores humanos se confundan con otro tipo de
actos más innobles.
Muchas veces es difícil distinguir el
error humano de la chulería, la prepotencia y la mala intención, pero eso no
tiene nada que ver con el Espíritu Deportivo, por lo que también habría que
cambiar muchas de las normas que imperan en el mundo del deporte.
La democracia le debe al deporte una reforma en profundidad de todos los estamentos deportivos, y democratizar de verdad, la elección y funcionamientos democrático de todas y cada una de las organizaciones deportivas de este país, con un control exhaustivo por parte de las diferentes administraciones del Estado de la utilización de los recursos procedentes de las subvenciones y del funcionamiento democrático interno de todas las organizaciones deportivas, desde la más alta instancia deportiva hasta el más humilde club.
No puede ser que en el siglo XXI haya direcciones deportivas a las que no se les puede hacer dimitir de ninguna manera.
Fotos: Francisco Atanasio Hernández
Como el deporte es mi mayor pasión
y todavía participo en carreras populares, aquí también quiero poner algunos
ejemplos prácticos, y es que hay deportistas que no se conforman con practicar
su deporte favorito en unas condiciones físicas privilegiadas, y es corriente
que nos encontremos con personas de cualquier edad, que recurren a la utilización
de todo tipo de sustancias y de todo tipo de triquiñuelas que les permitan ganar un trofeo, para lo que no les importa
engañarse a sí mismos y a los amigos.
En definitiva, para mí, el Espíritu Deportivo es
algo diferente a obtener una victoria o un trofeo como sea, saber ganar y
perder y respetar a los demás como uno quiere que lo respeten a él son
principios básicos.
Foto: Club Deportivo Alumbres Sport
Foto: Francisco Atanasio Hernández
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