Cada cual puede creer en lo que quiera,
pero según mi percepción, Europa en general y España en particular está pasando
de la Sociedad del Bienestar al Estado de Beneficencia, sólo para que EE.UU
satisfaga sus ansias de poder y se posicione mejor que Rusia en el dominio del
mundo.
No es lo mismo que un ciudadano de un
país democrático disfrute de sus derechos constitucionales, que se tenga que
conformar con las limosnas que puntual y coyunturalmente le conceda el Estado,
porque eso es caridad, pan para hoy y hambre para mañana.
Todo como consecuencia de que la Unión
Europea y nuestros políticos nacionales, han decidido meternos en una guerra
con Rusia que a nosotros los ciudadanos sólo nos produce perjuicios, y si hay
alguien que gane algo, ese es EE.UU, que con esta guerra alimenta a su poderosa
industria armamentística, sustituye a Rusia como principal proveedor del gas y
del petróleo, que son más caros que los productos rusos, y además, su
ciudadanía está encantada porque le pilla muy lejos de los fragores de la
guerra, igual que hace 30 años en la guerra de la antigua Yugoslavia, donde
EE.UU y la OTAN fueron funestos protagonistas.
La Unión Europea y los gobiernos de
cada uno de los países que lo forman, han perdido los principios democráticos y
su soberanía, por lo que prefieren fomentar la guerra enviando armas y
alimentando falsas esperanzas y el patrioterismo barato a la sociedad
ucraniana, por tanto, están pasándose la democracia y las constituciones
nacionales por el forro, y además nos están empobreciendo a sabiendas, en lugar
de buscar la paz, no solo para Ucrania, también para Europa.
La sociedad del bienestar supone entre
otros derechos para los ciudadanos, empleo digno, salario digno, vivienda
digna, servicios dignos y suficientes, el estado de beneficencia, por el
contrario, ya no aspira a propiciar empleo y salarios dignos para todos los
ciudadanos, ni tampoco vivienda, ni servicios dignos, solo limosnas y parches,
miseria para la mayoría y degradación social y de los derechos constitucionales
se puede esperar del estado de degeneración democrática en el que nos han
sumergido.
El estado de beneficencia invierte
dinero público para dar cobertura económica (para pagar la energía a los
oligopolios) y algo de alimento a los ciudadanos más necesitados, me recuerda la
época de los vales en la minería (en este caso los vales los dan los poderes
públicos) y “la olla económica” de finales del siglo XIX, con la que los
poderes públicos trataban de aliviar a los innumerables desocupados que
deambulaban por las calles, todo antes de molestar a los grandes oligopolios
que tienen el control y encarecen los productos básicos a su capricho.
Lejos se queda el artº. 35 de la
Constitución en el que se contempla “el derecho al trabajo y a una remuneración
suficiente”.
La sanidad pública cada día está más
degradada, en algunas comunidades como la de Madrid, incluso están cerrando
consultas para favorecer a la sanidad privada, y hasta ahora no he visto
reacción del Estado contra esta práctica anticonstitucional, pues hay que
recordar que el artº. 43 de la Constitución, establece el derecho a la
protección de la salud y que compete a los poderes públicos garantizarlos.
El artº. 47 de nuestra Constitución dice “Todos los
españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, pero ya
vemos que los poderes públicos, en lugar de garantizar el cumplimiento de este
precepto, se dedican a garantizar el desalojo de aquellas viviendas que sus
propietarios dejan de pagar sus hipotecas por falta de recursos económicos. Los
bancos mandan y hacen lo que quieren.
Por último, quiero recordar, que el
artº. 20 de la Constitución española, establece y garantiza la “Libertad de
expresión“, cercenada en España en particular y en toda Europa en general desde
que se inició la guerra en Ucrania. El apartado 2 de este artº. dice así “El
ejercicio de estos derechos no pueden restringirse mediante ningún tipo de
censura previa”. Sin embargo, ya vemos que las publicaciones distintas a las
oficiales brillan por su ausencia en los medios públicos y privados y en las redes sociales,
llegando incluso a bloquear las opiniones individuales.
Y mientras tanto, las organizaciones
populares, asociaciones de vecinos, juntas vecinales, sindicatos y partidos
políticos de izquierdas, bien alimentados por las arcas públicas, impasibles
ante el desastre social, totalmente desmovilizados, han dejado la calle para
los ultras.
Fuentes
Documentos
-Constitución Española actual de 1978
Adhesivos
-Francisco Atanasio Hernández. Pegatina "23 de octubre día internacional por la Paz y el Desarme". De mi colección particular.
Poema
-Francisco Atanasio Hernández. Poema pacifista "De qué paz nos hablan".
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