En el mes de junio de 1813, la
Diputación Provincial de Murcia cursa una orden al Ayuntamiento de Cartagena en
la que hace constar que Alumbres y su comarca supera el número de almas que
fija la Constitución para la instalación de Ayuntamiento propio, por lo que se
ordena proceda a la elección de los sujetos que hayan de componerlo, para cuyo
cometido se nombra al Regidor Felipe Sánchez como comisionado.
El
informe que el Ayuntamiento de Cartagena había enviado a la Diputación
Provincial no deja lugar a dudas, el padrón de Alumbres en el mes de marzo de
ese año era de 681 vecinos y 2584 almas.
Constitución de 1812
Informe del Padrón de Alumbres del mes
de marzo de 1813.
Archivo Municipal de Cartagena
Archivo Municipal de Cartagena
Según consta en el acta municipal levantada
al efecto, en la tarde del día 4 de julio de 1813, reunidos en la casa del cura
de la parroquia D. Bernardino Ruiz, tomaron posesión de sus cargos los miembros
de la corporación municipal de Alumbres en cumplimiento de la Constitución de
1812, la cual señalaba que aquellos territorios que tuvieran más de 1000 almas,
podían constituir su propio ayuntamiento.
La primera
corporación de Alumbres estuvo formada por los Sres. siguientes:
D.
José Conesa Francés – Alcalde
D.
Antonio Valero Heredia – 1º Regidor
D.
Domingo Martínez Rodríguez – 2º Regidor
D.
Juan Martínez García – 3º Regidor
D.
José Conesa Marín – 4º Regidor
D.
Ramón Martínez Sánchez – 5º Regidor
D.
Bartolomé Benzal – 6º Regidor
D.
José Gómez Mula – Procurador Síndico.
Después
se tomó juramento al alcalde, corregidores y procurador síndico según el
protocolo de la época “Guardar la
Constitución política de la Monarquía española, observar las leyes, ser fieles
al Rey y cumplir religiosamente las obligaciones de su cargo” y el
comisionado entregó al alcalde “una vara
de justicia de 9 palmos.”
Las
actas eran firmadas por los miembros de la corporación asistentes a las
sesiones, pero como el alcalde no sabía
escribir, el secretario acababa el acta con la frase siguiente “Por
no saber firmar el Sr. Presidente D. José Conesa pone un +.”
Esta circunstancia tendría
consecuencias, pues dos meses después de formado el Ayuntamiento, el Alcalde se
quejaba en el acta de la sesión del día 22 de septiembre de que le imitaban la
firma y en un intento de evitarlo dictó medidas, pero la sospecha y la desconfianza
habían anidado ya en el espíritu de José Conesa y al poco presentó la dimisión.
Informadas las autoridades provinciales se promovieron nuevas elecciones para
el nombramiento de alcalde y en la sesión extraordinaria del 2 de octubre ya
aparece Antonio Valero como alcalde y la sustitución también del hasta entonces
secretario del Ayuntamiento y maestro de la escuela del pueblo a la vez, Pedro
José de León, por Francisco González.
Acta
donde constan los cargos municipales. Archivo Municipal de Cartagena
Durante
el breve período de tiempo de una semana, la Junta Municipal se estuvo
reuniendo en la capilla de bautismo de la iglesia, pero por lo visto no era el
lugar más adecuado, no solo por el escaso espacio que se disponía para las
reuniones, sino, quizás también, por el lenguaje utilizado, por lo que se pasó
a realizarlas en el domicilio del cura, pero se observó que tampoco era el
lugar que convenía para el consistorio, y finalmente se ocupó una vivienda en
Alumbres en concepto de alquiler, propiedad de D. Vicente Faquineto, Comendador
de la Merced, que residía en Cartagena, y hubo que apremiar al inquilino Antonio
García para que la desalojara a final del mes de julio.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
Calle
Faquineto en Cartagena 2014. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Todo
se desarrolló muy rápido, pues en la sesión municipal del 11 de agosto, un mes
después de constituirse el Ayuntamiento de Alumbres, se realiza la 1ª reunión “…en la Casa Consistorial del Rdo. Comendador
de la Merced de Cartagena…”
El período de gobierno del Ayuntamiento
de Alumbres fue corto pero muy laborioso, de manera que estuvo en activo desde
el 4 de julio de 1813 hasta el 10 de agosto de 1814, y en ese tiempo su
actividad fue muy intensa, pues realizó, al menos, una sesión ordinaria cada
semana, y unas 15 extraordinarias aunque en algunos períodos como Navidad
aparecen varias seguidas, en total unas 60 sesiones, pero lo que destaca sobre
todo es la gran voluntariedad con que realizaron su labor estos hombres, a
pesar de los escasos medios económicos y materiales que dispusieron.
La depauperada economía del Ayuntamiento fue el mayor rompe cabezas de la corporación. Consta en el acta del 13 de octubre de 1813 que “…solicita al jefe político la creación de un fondo de 400 reales en calidad de reintegro…y permiso para que esta corporación proceda a exigir a los vecinos de su jurisdicción un préstamo forzoso con que subvenir a los gastos precisos y hasta que tenga fondos”. En esa misma sesión “…se acuerda que para poder socorrer al secretario con alguna libranza a cuenta…y subvenir a los demás gastos necesarios se contribuya con 50 reales por cada uno de los individuos de esta corporación.”
La depauperada economía del Ayuntamiento fue el mayor rompe cabezas de la corporación. Consta en el acta del 13 de octubre de 1813 que “…solicita al jefe político la creación de un fondo de 400 reales en calidad de reintegro…y permiso para que esta corporación proceda a exigir a los vecinos de su jurisdicción un préstamo forzoso con que subvenir a los gastos precisos y hasta que tenga fondos”. En esa misma sesión “…se acuerda que para poder socorrer al secretario con alguna libranza a cuenta…y subvenir a los demás gastos necesarios se contribuya con 50 reales por cada uno de los individuos de esta corporación.”
Una
muestra más de la escasez de recursos se puede ver en el acta de la sesión
extraordinaria de 31 de diciembre de 1813 “…que
esta corporación se halla totalmente exhausta de fondos sin tener ni para
soportar los costes de la correspondencia, razón por la cual había determinado
que desde primero del año próximo se despache en papel común por no poder pagar
la imprenta.”
Pero
la inexistencia de fondos no fue obstáculo para el desempeño de sus
obligaciones con la mayor de las ilusiones, y entre otros temas de interés se
eligieron los Alcaldes de Barrio, siendo los primeros: Marcos García Gómez para
Alumbres; Francisco Cobacho para Garbanzal y Roche; Amador Celdrán para Rincón
de San Ginés hasta Mar Menor, y para El
Algar y resto de San Ginés a José Albaladejo.
Crearon
y pusieron en funcionamiento la Junta de Sanidad, de la que formaron parte tres
de los miembros del Ayuntamiento, además del secretario. Entre otros asuntos
esta Junta atendió una epidemia de viruela, contagiada al parecer, por un ganado lanar procedente de África, y
que se tuvo en cuarentena en Escombreras. Se combatió también una plaga de
langosta que azotó a los sembrados de El Algar, Rincón de San Ginés y Roche
sobre todo. Se nombró Celador de montes para evitar que el esparto y otros
productos del monte como la leña y la palma fueran esquilmados sin
autorización, y sin la correspondiente contribución: “1 cuartillo de real a cada carga de leña de toda clase; 2 reales cada
carretada y 4 siendo carro o galera de mulas. Cada haz de esparto de 30 manos
sin curar medio real y 1 real del curado”. A los segadores y leñadores de
palma también se les impuso contribución a su labor.
Además
se pusieron premios a la caza de alimañas, 8
ducados por lobo, 16 por loba, y 4 por lobezno.
También
es de destacar la formación de una Partida de 14 hombres para “…el exterminio de ladrones, asesinos y
desertores,…” según orden del Jefe Político de la Provincia.
Pero
su más dura tarea fue el cobro de contribuciones, que si al principio de su
mandato fue complicado porque se carecía de medios de todo tipo y sobre todo de
un listado adecuado de contribuyentes, por lo que se tuvo que depender de la
tutela y colaboración del Ayuntamiento de Cartagena la mayor parte del tiempo,
en los meses finales del gobierno de este Ayuntamiento, supuso una empresa
imposible porque la mayoría de los campesinos se negaban a pagarla, sobre todo cuando
supieron que se restauraba el absolutismo con el régimen señorial anterior.
Tan
mal estaba la economía municipal en esos meses finales, que cuando el Sr. Vicente
Faquineto, por medio del Comandante General de Murcia, requirió el cobro del alquiler
de su vivienda, porque hasta entonces nada había cobrado, el Alcalde respondió “...se
repita al Sr. Comandante se sirva prevenir cómo y de qué modo se ha de
verificar el referido débito y otros cuando esta corporación no tiene fondos
ningunos.”
A
finales de 1813, la guerra en Europa no le iba nada bien a los franceses, por
lo que Napoleón decidió acabar con la guerra en España por medio del Tratado de
Valençay, mediante el cual reconoció a Fernando VII como monarca legítimo,
permitió su vuelta al país y retiró las tropas invasoras del territorio español.
Fernando
VII mostró en principio voluntad de someterse a la Constitución, pero por poco
tiempo, pues el 4 de mayo de 1814, aprovechando la debilidad del sector
liberal, traicionó sus promesas promulgando el Real Decreto por el que
declaraba nulos y de ningún valor y efecto la Constitución y los decretos de
Cádiz, y anunció la vuelta al absolutismo, y por esa razón, en la última sesión
de este Ayuntamiento del 10 de agosto de 1814 se lee el comunicado que el
Ayuntamiento de Cartagena envía al de Alumbres y se escribe en el acta”… que se ha instalado allí el antiguo
Ayuntamiento, en virtud del cual acuerda oficiar a esta para que dentro de
segundo día cese en sus funciones como también el Alcalde su presidente,
remitiéndole a la mayor brevedad posible los libros de oficios, de
conciliaciones, de cuentas y demás documentos."
Libros
-Francisco Atanasio Hernández.- Retazos de la historia de Alumbres.
-Instituto Gallach. La Casa de Borbón siglos XVIII a XX.
Documentos
-Archivo Municipal de Cartagena. Ayuntamiento extinguido de Alumbres.
-Constitución de 1812
Prensa
-Archivo Municipal de Cartagena. Cartagena Nueva.
-Archivo Municipal de Cartagena. La Caridad.
Fotos
-Francisco Atanasio Hernández
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