Aquel fue un día triste, porque nos dejó para siempre mi tío Paco, una buena persona y alguien muy importante para mí.
Después de varios años de padecer el maldito
alzhéimer, esa madrugada se marchó para siempre.
Nunca se acostumbra uno a perder a
personas queridas, y menos cuando se trata de alguien con quien has compartido
tantas cosas.
Mi tío era mayor que yo 4 años menos
un mes, y de niños compartimos juegos y correrías porque iba con él a todos
lados.
De adultos jugamos al fútbol en el
equipo de aficionados de Alumbres, el Minerva de principios de los años 70, y
también en el de futbito de los años 80 “Los Abueletes”.
Tío y sobrino siempre estuvimos muy
unidos y nunca me faltó su apoyo y comprensión, cuando la crisis de la
industria de Cartagena en general y del Sector de Fertilizantes en particular a
principios de los 90´, mi tío fue de los pocos de mi familia que me animaban a
seguir en la lucha para conseguir los objetivos propuestos y mantener la mayor
cantidad de empleos posible.
Cuando empezó a desarrollarse su
enfermedad, en muchas ocasiones lo llevé conmigo al campo de fútbol para que
presenciara los partidos de la SFC Minerva, porque allí parecía que recuperaba
la memoria, aunque solo fuera a ratos.
Él fue jugador del equipo de Alumbres, el Minerva, desde su infancia hasta aficionados, y también jugó en su juventud en equipos de empresas como el de Explosivos y Repesa.
Formó parte de la primera directiva de La Salle Minerva en la década de los 70´, y además fue entrenador de equipos de fútbol base del Club en esa época.
Ese día de Santa Bárbara, después de varios años de no vivir, se fue para siempre, y nunca lo olvidaré porque con él hace años que se fue, una parte importante de mi vida R.I.P.
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