martes, 3 de diciembre de 2019

EL ESPÍRITU DEPORTIVO Y OTRAS YERBAS

Foto: Club de Atletismo Mandarache Cartagena en el Cross de Artillería de 2019
              Para un deportista que se precie, en el deporte no todo vale.
El Espíritu Deportivo, es algo así como un sello de calidad que cada uno llevamos dentro, aunque en el mundo del deporte a nadie le gusta perder, y como en otras facetas de la vida, a la mayoría le gusta ganar como sea, y es ahí, en ese minúsculo detalle, donde nos distinguimos unos aficionados de otros, porque no todos aceptamos obtener la victoria como sea, utilizando trampas y triquiñuelas.
Saber ganar y perder es uno de los principios básicos que todo deportista tiene que llevar dentro, y en cualquiera de los deportes que pongamos por ejemplo encontraremos a muy pocos que tengan asumida la derrota, porque todos quieren ganar.
Luego está el típico fanfarrón que vende la piel del oso antes de cazarlo y que es el mismo que cuando las cosas marchan bien suele apuntarse los éxitos como suyos, pero cuando las cosas van mal, los fracasos se los achaca a todo el equipo.
Por eso no es casual que cuando el equipo de “los amores”, sufre una derrota, la mayoría de aficionados desaparecen como si no tuvieran nada que ver con el perdedor, y si el equipo anda mal clasificado, el comportamiento de la mayoría de la afición suele ser aún más grosero y distante.
Las redes sociales hoy es la pantalla panorámica donde se puede ver a los aficionados fieles, que sufren cuando se pierde y que disfrutan cuando se gana, y también se ve a esos otros que cuando el equipo gana parece que son los únicos que lo quieren y respetan, pero cuando pierde desaparecen de su lado como si llevara sarna. Es el signo de los tiempos, todos quieren posar con el ganador, y nadie respeta al otro como quiere que lo respeten a él.
Muchas veces hemos escuchado frases tan poco constructivas y deshonestas como que ¡Quiero que ganemos aunque sea en el último minuto y de penalti injusto!, pues bien, ese es el germen de la injusticia en el deporte, porque como la mayoría quiere ganar “como sea”, solamente se quejan cuando son perjudicados, y cuando es al revés y el perjudicado es otro, entonces se burlan de él, convirtiendo el posible error de un árbitro, en una injusticia colectiva.
Fotos: Francisco Atanasio Hernández

Evidentemente los árbitros se equivocan muchas veces, y nos fastidia sobremanera que sea nuestro equipo el perjudicado, por eso algunos solemos protestar con mucha frecuencia, pero los que ostentan poder e influencias no soportan a los llamados “protestones” como yo, e inmediatamente le ponen la etiqueta, y en cuanto alguien escribe una línea quejándose salta de inmediato el “justiciero intachable”, para dejar claro que los suyos son infalibles como él y sobre todo muy honrados.
Sobre la infalibilidad, es evidente que nadie es perfecto, ni como persona, ni como profesional, y a todos se nos escapa algún fallo que otro en nuestra actividad, y abundando en el tema, en una sociedad podrida como esta que supura corrupción por cada uno de sus poros, es natural que haya algunos elementos que aprovechando el poder que le otorgan unas normas autoritarias y dictatoriales,  se avengan a vender su alma al diablo y cometan injusticias con premeditación y alevosía, y como consecuencia, muchas veces paguen justos por pecadores, de manera que algunos errores humanos se confundan con otro tipo de actos más innobles.
Muchas veces es difícil distinguir el error humano de la chulería, la prepotencia y la mala intención, pero eso no tiene nada que ver con el Espíritu Deportivo, por lo que también habría que cambiar muchas de las normas que imperan en el mundo del deporte.
La democracia le debe al deporte una reforma en profundidad de todos los estamentos deportivos, y democratizar de verdad, la elección y funcionamientos democrático de todas y cada una de las organizaciones deportivas de este país, con un control exhaustivo por parte de las diferentes administraciones del Estado de la utilización de los recursos procedentes de las subvenciones y del funcionamiento democrático interno de todas las organizaciones deportivas, desde la más alta instancia deportiva hasta el más humilde club.
No puede ser que en el siglo XXI haya direcciones deportivas a las que no se les puede hacer dimitir de ninguna manera.
 Fotos: Francisco Atanasio Hernández
            Como el deporte es mi mayor pasión y todavía participo en carreras populares, aquí también quiero poner algunos ejemplos prácticos, y es que hay deportistas que no se conforman con practicar su deporte favorito en unas condiciones físicas privilegiadas, y es corriente que nos encontremos con personas de cualquier edad, que recurren a la utilización de todo tipo de sustancias y de todo tipo de triquiñuelas que les permitan ganar un trofeo, para lo que no les importa engañarse a sí mismos y a los amigos.
En definitiva, para mí, el Espíritu Deportivo es algo diferente a obtener una victoria o un trofeo como sea, saber ganar y perder y respetar a los demás como uno quiere que lo respeten a él son principios básicos.
Foto: Club Deportivo Alumbres Sport
Foto: Francisco Atanasio Hernández



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