Hay quien pretende hacer creer, que el
franquismo, fue una especie de bálsamo para la sociedad española en general y
para la alumbreña en particular, y en un vano intento de hacer olvidar a los
muertos y represaliados por el sistema, así como el hambre y la corrupción que
produjo, pasa de puntillas por ese oscuro período de nuestra historia, como si
los cuarenta años de dictadura y de usurpación del poder no hubieran existido.
Después
del levantamiento militar de las tropas de Franco contra el legítimo Gobierno
de la II República, lo único que de verdad le trajo a España, fue muerte,
hambre, y corrupción, y un retraso de 40 años, respecto a los países de su
entorno, pero hay gentes que prefieren que no se lo recuerden, y no porque les
dé vergüenza, que eso seguramente no saben lo que es, sino porque en el fondo,
por más que intenten disimularlo, siguen siendo igual de irracionales y
fanáticos que los fascistas de entonces.
Cruz que el cacique falangista, pero beato, Antonio Pérez, puso en la puerta de su casa conocida como "La Casa de la Cruz" en la década de 1940, y que aún está en su sitio, para deshonra de los pocos socialistas y cristianos alumbreños que aún quedan en el pueblo, que tienen que vivir con tamaña afrenta. Foto: Francisco Atanasio Hernández.
Incluso,
hay algún reputado historiador, de cuyo nombre no me quiero acordar, que para
edulcorar los efectos sanguinarios del sistema, lo califica con la frase
siguiente: “El franquismo es una originalidad dictatorial dentro del sistema
democrático europeo”. Como si la dictadura franquista hubiera sido menos
dictadura que otras dictaduras y tuviera algo de honorable, o como si la
usurpación del poder del ejército franquista, hubiera tenido algo de original
respecto a la tradición golpista del ejército, y como si en las infames y
prevaricadoras sentencias de muerte emitidas por los tribunales franquistas
hubiera algo de justicia y humanidad, o que los aproximadamente 200.000
fusilados solo hubiera sido un mal sueño.
LA REPRESIÓN
FRANQUISTA EN ALUMBRES
Como en todos los pueblos y ciudades de
la geografía española, tras la caída de la República por el ejército golpista
del General Francisco Franco, comenzó la despiadada represión contra quienes
fueron fieles y de una u otra forma apoyaron el régimen republicano legalmente
constituido.
Alumbres, era mitad rural, mitad minero,
y estaba dominado por tres feroces caciques derechistas que lo controlaban todo
por medio de un grupo de sicarios afiliados a Falange, que hacían de chivatos y
policía represiva a la vez.
El local de Falange estaba situado
al comienzo de la calle Corazón de Jesús, enfrente de la tienda de comestibles
llamada de Apolonia (“Polonia” para los alumbreños), y casi mirando a la Plaza
Primo de Rivera.
La filiación política de los caciques en
general, era ultraderechista, y establecieron su particular dictadura en el
pueblo respaldados por un numeroso grupo de palmeros falangistas, entre los que
destacaba la activa participación de los curas de la época, que se impusieron a
la población a base de crueldad y sadismo, pero como también eran beatos y
regalaron a la iglesia algún santo para su veneración, sus crímenes están
olvidados y perdonados, como Dios manda en estos casos.
Pelados al cero y purgas con aceite de
ricino, eran algunos de los castigos menos graves que aplicaban los falangistas
y que sufrieron especialmente los jóvenes alumbreños de la época, que empujados
por el hambre penetraban en los huertos de los caciques en busca de comida.
Castigos corporales y palizas a los
fieles a la República. Cuando los falangistas iban a casa de algún republicano
a amedrentarlo, robarle, chantajearlo, o sacarlo de casa para apalearlo,
siempre iba un grupo numeroso de 10 o 12 elementos, algunos de ellos armados.
Chantajes
y robos de propiedades a vecinos, enseres, viviendas y terrenos de republicanos
y sindicalistas a cambio de no ser denunciados y procesados por “auxilio a la rebelión”.
Así algunos hicieron acopio de muchas de sus propiedades. A un agricultor de
Escombreras, le robaron propiedades de esa manera, a Fernando Raja Hernández,
que por esas fechas era un hombre influyente en el pueblo, con una economía
solvente y ajeno a la política, pero suegro de Fulgencio García Heredia, exiliado
en Francia, el grupo de falangistas capitaneado, como era costumbre, por sus
dirigentes los caciques, entraron en su casa y a cara descubierta le robaron
todos los enseres de porcelana, y joyas que encontraron, pretextando que eran
de una de las hermanas Cabila que se las habían robado durante la República.
Rehabilitacion Sociedad Fomento y Cultura Minerva 1944. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
Primera Junta de Gobierno de la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva tras su rehabilitación 1944. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
En 1939
los falangistas alumbreños se apoderaron y clausuraron La Sociedad Minerva de
Alumbres, ubicada en el nº 52 de la calle Mayor, y el 28 de mayo de 1944, por
iniciativa del cacique ultraderechista
Andrés Martínez Cao, que fue su nuevo Presidente hasta 1966 en que fue
sustituido por otro cacique, Francisco Fuentes Pedrero, se reinauguraba la
Sociedad bajo férreo control de la Falange en el nº 43 de la misma calle.
Curiosamente, en el Padrón de Alumbres de 1945 esa vivienda del nº 52, donde
anteriormente estuvo el local mencionado, estaba ocupada por un conocido vecino
y la del nº 54 por su hermano, ambos con indudable filiación política
ultraderechista.
Dos informes de Falange sobre la personalidad de dos directivos de la Sociedad Minerva 1944. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
Este segundo informe falangista es muy
ilustrativo, pues durante la guerra muchos derechistas se infiltraron en las
filas de los sindicatos obreros para controlar y hacer propaganda, y en la
transición hicieron lo mismo, con una diferencia, y es que en la transición los
“negociadores” les permitieron que coparan las direcciones de los supuestos
sindicatos democráticos y de algunos partidos.
También
hasta finales de la década de los años ´50, el Presidente de la Cruz Roja de
Alumbres fue el cacique Andrés Martínez Cao. La vivienda donde estuvo ubicada
la Cruz Roja desde 1927, en 1952 aparece como propietaria Dª. Ángeles Valcárcel
Albaladejo, que la vendía a la “Cruz Roja Española” el 31-10-1952, por
escritura otorgada ante el notario José Ceño Cánovas, pero que hubo de
¿ratificarse? por otra otorgada ante el notario de La Unión D. Miguel Cuevas,
el 25-2-1971, 20 años después.
Denuncias y testimonios en los juzgados
de Cartagena sobre vecinos, las más de las veces infundadas, o simplemente
porque los denunciados habían estado afiliados a un sindicato obrero. Los
jueces llamaban a los denunciantes a declarar como testigos.
Hoja Oficial de Cartagena 1940
En esta comparecencia se cita al D. Luciano Estrada, (la Plaza de la Iglesia lleva su nombre), a Andrés Martínez Cao y a Vicente Samper de Alumbres. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
El Noticiero 1944
En este otro se busca a José Soto Vidal acusado de “auxilio a la rebelión. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
Hoja Oficial de Cartagena 1940. En esta comparecencia se cita a Pedro Caparrós Galindo y Rafael García como testigos. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
El 30 de mayo de 1941, el Ayuntamiento de Cartagena ¿aceptaba? la dimisión de Carmelo Gálvez Soto de su cargo de Conserje del Grupo Escolar de Alumbres y nombraba en su lugar a Baltasar Blanco Valdivieso.
Sesión Municipal del Ayuntamiento de Cartagena del 30 de mayo de 1941. Archivo particular Fº. Atanasio
Antonio García Heredia era Cabo de
Marina y Manuel Paredes Martínez Capitán del Ejército, ambos fueron expulsados
de las Fuerzas Armadas y encarcelados. Carmelo Gálvez Soto, fue destituido de su
puesto de Conserje del grupo escolar de Alumbres y sustituido por Baltasar
Blanco Valdivieso, mutilado de guerra.
Fueron muchos los alumbreños exiliados
que no creyeron las falsas palabras de perdón de Franco y no volvieron a España,
como Fulgencio García Heredia que murió en Francia, aunque como sus padres y
hermanos fue enterrado en Alumbres.
Hubo varios vecinos del pueblo y sus
barrios desaparecidos, como José Soto Vidal y Antonio Ruiz Sánchez por ejemplo.
También se fusiló a vecinos del pueblo y
algunos de esos nombres aparecen en el listado de fusilados en 1939 en el
cementerio de Santa Lucía como es el caso de Pedro García Heredia, y un tal
Vicentico cuyos apellidos no he conseguido, pero que los testimonios confirman
que fue fusilado inmediatamente después de terminada la guerra.
Los hermanos García Heredia, Pedro, Antonio y Fulgencio fueron futbolistas fichados por el Cartagena FC., y músicos en Alumbres. Pedro fue fusilado, Antonio expulsado del ejército y encarcelado y Fulgencio se exilió en Francia. Los tres están enterrados en Alumbres.
Monolito en el Cementerio de Santa Lucía en memoria de los republicanos fusilados
Nada más acabada la contienda, se
constituyó en Alumbres un tribunal formado por los personajes más violentos y
sádicos del lugar, que no distinguían entre adultos y niños, entre hombres y
mujeres, o entre ancianos y jóvenes.
De hecho, uno de esos tribunales formado
por dos de los caciques y los más sanguinarios sicarios, llamó a declarar a
Carlos Lizán, que era el presidente de la Casa del Pueblo de Alumbres (local
situado en la calle Prefumo, que fue requisado por los fascistas, luego se
utilizó como vestuario de los jugadores de fútbol, y también para ensayar obras
de teatro), y tras la declaración, cuando Carlos estaba en la salida del local,
al borde de la carretera, uno de los mandamases, le dio una patada en el
trasero tirándolo en medio de la calle, a la vez que le gritaba “Vete de aquí viejo marxista” (Carlos
Lizán entonces tenía más de 60 años y era un anciano), posteriormente murió en
la cárcel.
En ese mismo local, los fascistas de Falange
destrozaron todo lo que se les puso por delante, entre otras cosas, una foto
que recordaba a los fallecidos en el luctuoso acontecimiento del 7 de marzo de
1916, en las puertas de la Fundición de Pío Wandosell donde murieron 7
huelguistas, entre los que se encontraba un alumbreño, Valentín Escobar
Callejón.
La década de
los 40 se caracterizó por el aislamiento exterior y el racionamiento ante la
escasez de productos de toda índole, especialmente los de primera necesidad.
Por medio de este sistema, aparentemente ideado para distribuir lo poco que
había entre todos, unos pocos se enriquecieron a costa de que otros muchos pasaran
hambre, aprovechándose de las influencias políticas o de la situación de
privilegio que tenían en la sociedad, pero como los miserables eran beatos,
solo les falta su santificación, porque tienen dedicadas calles y un monolito
en el pueblo.
Cartilla de racionamiento. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
Los
alumbreños honrados que vivieron aquellos horribles años de postguerra, cuentan
que disponían de cartillas de racionamiento, con las que iban a ponerse en la
cola de las tiendas de comestibles del pueblo durante horas, y cuando parecía
que les llegaba su turno, entonces ya no quedaba pan para llevarle a la
familia.
Sin embargo,
después se encontraban a alguien apostado en la esquina más cercana que se lo
ofrecía bajo mano a precios desorbitados, pero si quería comer y disponía del dinero necesario lo pagaba, y si
había por allí alguna autoridad, hacía como que no veía nada, porque siempre
podría obtener más beneficios cerrando los ojos que abriéndolos y actuando.
Había que estar en el pellejo de aquellas gentes para saber lo que tuvieron que
sufrir ante tamaña tropelía organizada por los mandamases.
Algunos de esos caciques chantajeaban a
trabajadores y trabajadoras del campo, que si se negaban a trabajarle gratis un
domingo, o a realizar algún capricho sexual, les quitaba la cartilla de
racionamiento y en numerosas ocasiones llevaron a cabo la amenaza.
Para los trabajos de mantenimiento del
pueblo, reparación de calles, limpieza de la rambla, cementerio, canalización
de agua del Taibilla a Los Partidarios, etc., etc., los “elegidos” siempre eran
personas de confianza del Ayuntamiento de Cartagena, y cómo no, Antonio Pérez
lo era.
El Ayuntamiento de Cartagena propició
que los más poderosos hicieran acopio de terrenos municipales, bajo el título
de “terreno sobrante”, los caciques alumbreños lo aprovecharon y se apoderaron
de terreno público.
Recorte de Acta Municipal de 1945 donde el
Ayuntamiento de Cartagena vende terreno público al cacique Andrés Martínez Cao. Archivo particular Fº. Atanasio Hernández
Antonio
Pérez García, (conocido como el Caudillo de Alumbres), como cacique y destacado falangista, a lo largo de los 40 años de
dictadura franquista, ocupó todos los cargos políticos y sociales posibles, los
cuales empleó fundamentalmente para reprimir a la población y enriquecerse:
En junio de 1941, Antonio Pérez fue
designado Concejal del Ayuntamiento de Cartagena, precisamente en el período en
que el Consistorio estaba formado solo por “personas de confianza” de Falange, por
lo que ascendió sustancialmente en el escalafón político, gracias a los méritos
contraídos en la represión de los Alumbreños, y un año después, coincidió con
él como Concejal del Ayuntamiento de Cartagena, José Hernández Hernández,
derechista destacado en años anteriores y durante la República.
Acumuló todos los cargos posibles.
Falange premiaba a sus fieles con la acumulación de cargos, salarios e
impunidad, y durante los años de Concejal fue designado miembro de la Comisión Municipal de ”Educación Nacional”,
vocal de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, y también representante
del Ayuntamiento en el Cementerio de Alumbres.
En 1964, se promulgó la Ley de
Asociaciones de Vecinos, y Antonio Pérez fue designado Presidente de la 1ª A. VV. de la Diputación de Alumbres por
el Ayuntamiento de Cartagena, como consta en el acta fundacional del 15 de
abril de 1970, cuyo cargo compaginó con el de Alcalde Pedáneo, que por cierto
también lo estrenó él.
Como fiel falangista fue Subdelegado de
Falange, y como es natural fue varias veces Presidente de la Comisión de
Fiestas de Alumbres.
Por supuesto, para que ningún lucrativo
negocio de la población se escapara de su control, también ocupó el cargo de
Presidente de la Junta Municipal del Cementerio de Alumbres. Y para mayor
ultraje y humillación para los demócratas de todos los tiempos y los
socialistas honrados que dieron su vida en defensa de la República, en el
Cementerio de Alumbres, en terreno público, hay un monolito levantado en su
honor, cuya placa de reconocimiento dice así “EN MEMORIA DE D. ANTONIO PÉREZ
GARCÍA, POR SU CELO COMO PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ESTE CEMENTERIO. ALUMBRES
1975”, y que la Junta Vecinal actual lo defiende como suyo.
Además, este oscuro personaje represor de demócratas, también tiene en Alumbres dedicada una calle en el caserío de La Hoya conocido como "Los Chalet", y los socialistas alumbreños tampoco tienen intención alguna de retirar la indigna placa.
Además, este oscuro personaje represor de demócratas, también tiene en Alumbres dedicada una calle en el caserío de La Hoya conocido como "Los Chalet", y los socialistas alumbreños tampoco tienen intención alguna de retirar la indigna placa.
Monolito en honor del cacique falangista Antonio
Pérez García. Foto: Fº. Atanasio Hernández
Hace tan solo unos meses el actual
Presidente de la Junta Vecinal de Alumbres, Miguel Garrido Egea, mano derecha
del Concejal del Ayuntamiento de Cartagena, Juan Pedro Torralba Villada, me
faltó al respeto para defender este indigno monolito y a quien representa,
primero me insultó a mí y a todos los historiadores que nos dedicamos a
investigar en los archivos públicos y privados, en infinidad de libros, en
documentos variados, y por medio de testimonios de numerosas personas, porque
según él, el trabajo de investigación no tiene más valor que el de copiar y
reproducir, y después, como ciudadano que tiene derecho a tener una opinión
contraria y a criticar los actos de los políticos que nos gobiernan, y estoy
convencido de que no fue solo por ignorancia.
Cuando la política se convierte en un
medio para lucrarse, sucede que cualquier oportunista o derechista con escasa o
nula preparación, puede ostentar un carné socialista, comunista o republicano,
por mencionar algunas opciones políticas de izquierdas, y vivir de las mentiras
que la mayoría se traga sin rechistar, de hecho, para creer en Dios y en sus
escrituras sólo se exige una fe ciega, y en Alumbres, mucha gente deja de
pensar para que lo hagan los más pillos en su lugar.
Por
último, como se puede observar, por todo aquél que lo desee, en Alumbres hay
calles y hasta un monolito que recuerdan a reconocidos ultraderechistas y
franquistas sin escrúpulos, Pla y Deniel, Primo de Rivera. Luciano Estrada
Maureso y Antonio Pérez García, que desde hace varios años vengo reclamando su
retirada sin éxito, y sin embargo, no hay ningún monolito, calle o
reconocimiento a demócratas o republicanos represaliados por el franquismo y
eso que en la mayor parte de la historia democrática del pueblo, ha sido y es
el PSOE, quien desde principios de ésta etapa de libertades, ha controlado al
electorado gracias a la mayoría de las organizaciones populares, que le rinden
el mismo culto y la misma fidelidad, que a los viejos y miserables caciques del
franquismo.
Escrito que presenté en el Ayuntamiento de Cartagena y del que di copia a los partidos de izquierdas con representación, el 29 de enero de 2016.
Fuentes
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.
-Pedro María Egea Bruno. La represión franquista en Cartagena.
-Pedro María Egea Bruno. Franquismo y transición política (Historia Contemporánea de Cartagena, dirigida por Pedro María Egea Bruno. Tomo II).
Documentos
-Archivo Histórico de Cartagena. Actas Municipales.
-Informes de Falange. Archivo particular.
-Cartilla de Racionamiento 1951. Archivo particular.
-Francisco Atanasio Hernández. Documento presentado en el Ayuntamiento y a los partidos políticos por la Ley de Memoria Histórica.
-Francisco Atanasio Hernández. Archivo particular.
-Antonio Bernabéu Pérez. El 7 de marzo de 1916 (La matanza de mineros del Descargador).
Prensa
-Archivo Histórico de Cartagena. El Noticiero.
-Archivo Histórico de Cartagena. Cartagena Nueva.
-Archivo Histórico de Cartagena. Hoja Oficial de Cartagena.
Fotos
Francisco Atanasio Hernández.