lunes, 1 de mayo de 2017

ALGUNOS DATOS DE LA HOYA

En los años 20 del siglo pasado, había en Alumbres varios equipos de fútbol que rivalizaban entre sí por disponer del conjunto de jugadores que más éxitos obtuviera y mejor representara al pueblo.
En este contexto hay que decir que por entonces coexistían en Alumbres sociedades obreras, como la Envidiable y la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva, cada una de las cuales tenía su  equipo de fútbol.
La Envidiable disponía de campo de fútbol propio, al parecer de reducidas dimensiones, en La Hoya, en la Huerta del Rango, justo en la zona donde hoy están Los Chalet, aunque parece que no duró más de dos o tres años.
Fotos: Francisco Atanasio Hernández
Por otro lado la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva, fundada en 1924, construyó su propio campo de fútbol “El Secante”, en el mismo lugar donde está desde hace ya más de 90 años, para que pudiera entrenarse y disputar encuentros su equipo de fútbol, el Minerva F.C.
Sin embargo, tengo una duda, y es que no he encontrado, ni documentos, ni testimonios que me aclaren en qué lugar del pueblo disputaban sus partidos los equipos anteriores a los años 20, aunque bien podrían ser en los mismos lugares mencionados, pues en los albores del fútbol alumbreño, allá por 1909, los cronistas, aunque no mencionaban el lugar, si que calificaban de “escasas dimensiones” el terreno donde se jugaban los encuentros.

En la Huerta del Rango o de Salud estuvo instalado un molino de extracción de agua, el menos antiguo de los tres que hubo en el pueblo, y desapareció con la construcción del grupo de viviendas conocidas como los Chalet.
                                                               Fotos: Francisco Atanasio Hernández
Antes de la construcción de los Chalet, La Hoya era un pequeño grupo de viviendas situadas cerca de la vía del tren Cartagena-La Unión, de hecho la estación de la FEVE, está a muy pocos metros del lugar, y para cruzar los raíles había un paso a nivel, que hace años se cambió de lugar y se puso al final del caserío en dirección a La Unión. Antes el paso a nivel era con barreras igual que el del Portazgo, y los atendía la misma persona poniendo cadenas que avisaban del paso inmediato del tren, en la actualidad el paso a nivel está dotado de señales fijas, acústicas y luminosas.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
Detrás de la estación del tren de la FEVE destacan los restos de la mina Nuestra Señora de Las Mercedes, que entre otras utilidades, fue usada para desalojar el agua de las galerías de otras minas cercanas de la zona que frecuentemente se inundaban.
                                          Foto: Francisco Atanasio Hernández
EL CRIMEN DE LA HOYA
            Antonio Martínez López vivía en La Hoya, y venía todos los días a la fuente pública de agua del Taibilla, que había en la plaza del Colegio Nacional, a coger agua para su familia, y a la vez llenaba una botella que siempre llevaba encima para su consumo particular. Raramente se le veía hablar con alguien en el trayecto, se limitaba a saludar y muy poco más, quizás por la desconfianza que albergaba en su interior.

Según se decía por el pueblo entonces, ese hombre había estado en la cárcel después de la guerra, víctima  de un chivatazo de alguien que no lo quería bien, y que lo acusó de haber sido un sindicalista durante la República, cuya acusación al parecer carecía de fundamento, pero como los sicarios de Franco no se paraban a pensar si la acusación era cierta o falsa, se limitaron a detenerlo y a practicarle violentas sesiones de suplicios para conseguir, por la fuerza, una declaración de culpabilidad que justificara su detención y encarcelamiento, y si bien, en ocasiones como ésta, no acababan con la vida del acusado, podían terminar con sus facultades mentales deterioradas, y al parecer, es esto último lo que le sucedió al hombre del relato.

El día 1 de agosto de 1959, a media mañana, estábamos algunos críos en el colegio de Alumbres dando clases particulares con D. Miguel, maestro del centro, cuando se escucharon las detonaciones de varios disparos que procedían de la zona de La Hoya, todos los chiquillos alarmados nos levantamos de los asientos y fuimos a amontonarnos en las ventanas, pero el maestro puso orden enseguida y nos hizo volver a nuestro sitio, aunque él preocupado como todo el mundo, se fue de clase a ver si podía enterarse de la causa de aquellos tremendos estampidos.

            Mientras tanto los críos comenzamos a especular, unos decían que eran los maquis, otros que cazadores, otros que la guardia civil persiguiendo a unos delincuentes, etc. Después se supo que aquel hombre, que todos los días iba a llenar su botella de agua a la fuente pública de la plaza del colegio, en silencio, sin meterse con nadie, había sido muerto a tiros por un guardia civil, que todos los días, cuando pasaba por la puerta de su casa, acostumbraba a proferirle insultos dedicados a él y a su familia, y aquel día, el hombre, más molesto que de costumbre, hizo ademán de saltar el muro que separaba la vía y la carretera de su vivienda, pero aquel benemérito parecía haber estado esperando una oportunidad como aquella durante mucho tiempo, y sin pensárselo dos veces, le disparó varios tiros hasta matarlo. Según la prensa, un disparo le dio en el brazo y otros dos en el vientre.

            En el mes de marzo de 1960 se celebró un consejo de guerra contra el guardia civil J.G.G., aunque por lo que se murmuró por el pueblo con leves consecuencias para el guardia civil, pues fue trasladado a otro lugar.
                                                          El Noticiero 12-3-1960

Fuentes consultadas y/o utilizadas

Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres cien años de fútbol 1909-2009.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.

Prensa
-El Noticiero.

Fotos
-Francisco Atanasio Hernández. 

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