Como siempre
respeté las creencias de mis antecesores quiero recordar parte de la saeta de
Antonio Machado “Cantar de la tierra mía/ que echa flores/ al Jesús de la
Agonía/ y es la fe de mis mayores.”
Carrera
de cintas en bicicleta
Las Fiestas de San Roque
San
Roque, nació en Montpellier en 1284 y murió en 1319 a los 34 años.
Al
ser el patrón del pueblo, es natural que sean las fiestas más populares y de
más larga tradición, y es en torno a ese día, el 16 de agosto, donde se
concentran los actos más importantes de las fiestas, por lo que se tiene
constancia escrita de su celebración, al menos, desde principios del siglo XIX.
Es de suponer
que esta festividad comenzara sacando al santo patrón en procesión rogatoria
por el pueblo, con el fin de que protegiera a sus pobladores de las epidemias
tan temidas y devastadoras de épocas pasadas, o para que lloviera y pudieran
obtener buenas cosechas, e incluso para que les librara de fenómenos meteorológicos
que pudieran traer como consecuencia, destrucción, hambre y desgracias. Después
vendría la celebración, el aspecto puramente lúdico del acontecimiento si se
cumplían los deseos de la población, todo en honor del Santo Patrón que lo
había posibilitado.
De una u otra
forma, y salvo los períodos de guerras, y algún que otro acontecimiento
calamitoso, el pueblo ha venido disfrutando de sus fiestas patronales desde la
erección de la parroquia en 1699, pero no hay que confundirse, pues para la
mayoría de los alumbreños, las Fiestas de San Roque, son mucho más que un
sentimiento religioso, porque en su organización y disfrute, hoy como ayer,
participa la mayoría de los vecinos, independientemente de sus ideas políticas
y religiosas, y con indiferencia de su condición social.
Manolas
Las fiestas de
San Roque hoy, no son patrimonio de nadie, sino del conjunto del pueblo, y son
lo que un buen sociólogo podría definir como “Un fenómeno social, imposible de
explicar, desde un solo punto de vista.”
Para
cualquier alumbreño/a, que haya pasado los mejores años de su vida residiendo
en el pueblo, es decir, su infancia y juventud, es difícil que se olvide de
esta pequeña porción de tierra y de sus fiestas de agosto. Por diversas
circunstancias, mucha gente del pueblo se ha visto forzada a marcharse a otros
lugares buscando un futuro mejor, pero en general siempre ha habido una actitud
de manifiesta provisionalidad en su marcha, porque cuando llegan las fiestas,
sea cual sea su actual residencia, ya sea en España o en cualquier otro país,
un buen número de los emigrados vuelve a casa aunque solo sea por los días de
fiesta, y los que no, las recuerdan con nostalgia.
Comisión de Fiestas del 2000
Pero
las fiestas no se organizan solas, así que es preciso que haya un grupo de
gente que se dedique a la tarea de organización, y desde tiempos inmemoriales,
cada año se constituye una Comisión de Fiestas, aunque en los tiempos actuales
es mucho más fácil realizar esa función, porque la obtención de recursos
económicos está más accesible, y las ayudas municipales también son más
sustanciosas que en épocas pasadas, en las que el tema financiero era el
principal caballo de batalla, porque eran los propios vecinos los que las
propiciaban asignándose una cuota mensual voluntaria acorde con su economía, y
la ayuda municipal, cuando la había, era más bien simbólica.
Antiguo
decorado de la entrada a la Plaza de la Iglesia donde se celebran las verbenas
populares
Las
actividades festivas que se han mantenido fijas a lo largo del tiempo son: la
misa solemne en honor a San Roque; la procesión de su imagen entronizada por
las calles del pueblo; los fuegos artificiales y los bailes, con las
diferencias que los avances de la técnica y los gustos hayan podido marcar
entre unos y otros tiempos.
Hay
otras, que si no se tiene conocimiento de su realización desde siempre sí que
se sabe de su programación, al menos, desde finales del siglo XIX, como es la
creación de una comisión de fiestas, los pasacalles, y la diana.
El resto de
actividades han ido variando de acuerdo a los gustos, a las mejoras
tecnológicas y por supuesto a los recursos económicos. En los años 30 del
pasado siglo XX se elegían misses y damas, que era lo que años más tarde
pasarían a llamarse Reina de Fiestas y Damas de Honor.
De la
celebración de las carreras de cintas tengo constancia desde los años 20,
aunque después se ha ido manteniendo la costumbre.
El primer
partido de fútbol ligado a un programa de las fiestas patronales data de 1909
(Foot-ball Club Alumbres-Sporting Club Escombreras), después se fue
convirtiendo en costumbre, hasta los últimos 20 o 30 años en los que algunas
Comisiones de Fiestas no lo han programado.
Otra de las
actividades que ha echado raíces en las fiestas es el Baile del Vermut, que se
empezó a celebrar a mediados de los años 60 del pasado siglo 20.
Voy a terminar
con un poemita de mi cosecha de hace ya bastantes años, dedicado a la Diana.
Eran las siete menos un minuto de la mañana
de un caluroso dieciséis de
agosto
y mirábamos ansiosamente la
carátula del viejo reloj
adosado a la fachada del
campanario de la iglesia
que aún movía cansinamente sus
oxidadas manecillas
en el sentido acostumbrado,
no sin riesgo, de que nos aguara
las fiestas
parándose definitivamente en
cualquier momento.
Cerca, en la fachada de su
derecha,
sobre la puerta principal del
templo
estaba él, San Roque,
y acompañado de su inseparable
perro
se apoyaba en su inquebrantable
cayado
y solemne y majestuosa su escultórica
figura
miraba fijamente desde su
privilegiada hornacina
a la multitudinaria concentración
de alumbreños,
de todas las edades, que nos
agolpábamos en la plaza
como todos los años.
Daban las siete en el reloj
y el tiempo parecía que se paraba
un instante
veinticinco grados marcaba el
termómetro
más los que cada cual llevara en
el cuerpo
y aún no había salido el sol
y un cohete y otro y decenas de
cohetes tronaron
en el bullicioso amanecer tan
esperado
y una trompeta sonó sensiblera y
primorosa
de entre el grueso de la
muchedumbre
y enseguida le siguió el ritmo el
resto de la banda
y las campanas repicaron a rebato
reclamando la presencia de todos
los vecinos sin excepción
devotos, paganos y escépticos
que aún seguían durmiendo
la resaca de las fiestas.
Era la hora de la tradicional
diana
que mis paisanos de Alumbres
dedican cada año al patrón de la
parroquia
y ese delirante minuto de
expectante satisfacción
pudo tener la virtud de hacer
olvidar
todo un año de alejamiento y
nostalgia.
Fuentes consultadas y/o utilizadas
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.
-Juan Ros y Pedro Pérez. Cosas de Alumbres.
-Juan Antonio Gómez Vizcaíno. Pueblos de Cartagena.
-José Sánchez Conesa. Ritos leyendas y tradiciones del campo de Cartagena.
Documentos
-Francisco Atanasio Hernández. Artículo publicado en Alumbres y en varios medios digitales.
-Francisco Atanasio Hernández. Archivo particular de programas de las Fiestas de Sa, Roque.
-Francisco Atanasio Hernández. Archivo particular, himnos a San Roque.
-Noticias de las Fiestas de San Roque en la documentación del Ayuntamiento de Alumbres de 1820-1823. Archivo particular.
Poema
-Francisco Atanasio Hernández. La diana de San Roque.
Prensa
-Archivo Municipal de Cartagena. Diario de Murcia.
-Archivo Municipal de Cartagena. El Eco de Cartagena.
-Archivo Municipal de Cartagena. La Voz de Cartagena.
-Archivo Municipal de Cartagena. Pichi.
Fotos
-Francisco Atanasio Hernández. Archivo particular.
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