lunes, 22 de octubre de 2018

ALGUNOS DE MIS POEMAS DE TEMÁTICA POLÍTICA Y SOCIAL


Pon la palabra de la paz
en el ánima de tu boca
y dispara como quieras
y adonde quieras
la munición del diccionario.
Históricamente, la poesía política y social, ha sido un tema que los llamados poetas puros siempre han eludido, y no entiendo porqué, pues si estamos de acuerdo en que la poesía es una manifestación del alma, difícilmente nadie se puede sustraer a los efectos que la política ejerce sobre la sociedad en general y sobre todos y cada uno de nosotros en particular, y claro está, sobre nuestras almas, especialmente en las clases trabajadoras, entre las que hubo y los hay, muchos y muy buenos poetas.
De mi colección particular de “pegatinas”
            No me quiero comparar con nadie, pues solo me considero un aficionado a la poesía, y mucho menos con ninguno de los grandes poetas que fueron autores de poemas comprometidos que han trascendido hasta la actualidad, y a los que admiro profundamente, pero sí quiero hacer mención de algunos de ellos al menos, porque con su atrevimiento demostraron que se puede ser un literato universalmente reconocido y escribir los poemas de mayor contenido social y político y no sentir vértigo por ello, sino todo lo contrario.
            El primero al que quiero mencionar es a Quevedo, que tanto en poemas morales, como satíricos y directos no tuvo ningún reparo en posicionarse sobre temas políticos y sociales de su época, y lo pagó caro, incluso con la cárcel.
            Más cercanos en el tiempo pero no menos comprometidos, tenemos por ejemplo, a Miguel Hernández, Antonio Machado, García Lorca, Violeta Parra, Rafael Alberti, León Felipe, el polifacético Luis Eduardo Aute, y tantos y tantos cantautores cuyos poemas y canciones recordamos los que vivimos la transición política de forma activa, Lluís Llach, Paco Ibáñez, Luis Pastor, Víctor Jara, Manuel Gerena, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Pablo Milanés, José Antonio Labordeta,…y cantantes transgresores como por ejemplo, los Beatler o Bob Marley, a todos ellos, algunos los llevamos en un cálido rinconcito de nuestro corazón mientras vivamos, porque sin su contribución al progreso estaríamos todavía en la Edad Media.
En estos tiempos de salvaje individualismo es difícil encontrar poetas que tengan como inspiración las contradicciones, incoherencias y abusos de poder con los que frecuentemente nos amargan la vida la mayoría de los políticos actuales, aunque es digno de elogio saber que hay algunos artistas, raperos y humoristas gráficos que se juegan la cárcel y su futuro con sus provocadoras letras, en un país en el que la justicia y la libertad brillan por su ausencia.
            La literatura en general y la poesía política y social en particular, ha sido y es el arma que solemos utilizar los pacifistas contra la injusticia y contra el abuso de poder que cotidianamente sufrimos los ciudadanos de parte de los poderes fácticos de todos los escalafones y de todos los tiempos.
Es verdad, que como siempre ha sucedido, la mayoría de los que escriben poesía nunca encuentran la inspiración en temas políticos y sociales, y prefieren centrarse en temas banales e indefinidos, seguramente con el fin de no herir ciertas sensibilidades que pudieran ser necesarias en cualquier momento, pero yo siempre he tenido una mente libre de ataduras y de prejuicios, por lo que normalmente escribo lo que considero oportuno y necesario para seguir avanzando.
            La mayoría de mis poemas políticos los tengo inéditos en un encuadernado, al que les puse por título “Del conductor de ciegos a la mula Francis”, en el que trato temas de política social y pacifista de la décadas de 1980, 90 y 2000. 
            Todos tenemos miedo a algo o a alguien, la diferencia estriba en cómo lo afronta cada cual, de ahí, este poema que escribí en tiempos de la transición política, cuando algunos de los que estábamos comprometidos en la lucha por un régimen de libertades teníamos que cuidarnos de muchos de los que parecían ser amigos y compañeros de viaje.

                                TEMOR AL MIEDO
                        Miré a los interiores y temí
                        que el miedo fuera adolescente
                        como yo,
                        y un espasmódico reflejo
                        me recorrió la médula espinal
                        como un rayo,
                        cuando se ofreció ante mí
                        con toda su altivez.

                        Abrí los ojos y soñé
                        que el miedo al dolor
                        era un cuento,
                        y se introdujo en lo más profundo
                        de mi intimidad,
                        como un parásito indeseable.

                        Soñé que el miedo
                        nunca podría profanar
                        el espacio virtuoso de la soledad
                        y desperté,
                        aterido de un miedo tan espeso
                        como indescriptible
                        que atravesaba ávidamente
                        los blindajes de mi espíritu.

                        Temiendo al miedo,
                        cerré los ojos y volé
                        por los celajes inmensos
                        de la libertad,
                        y en la sala de mis ensueños
                        anidaron libremente
                        los pájaros de la fantasía.

                        Y empapándome en el miedo
                        miré a la vida
                        cara a cara,
                        y sentí clavarse en mis entrañas
                        sus vidriosos ojos
                        ebrios como sudarios mortuorios.

            Al principio del actual período seudodemocrático, todo fueron imposturas durante los 14 años que Felipe González gobernó este país. Se rodeó de personas corruptas y derechistas reconocidos como José Barrionuevo, falangista con carné socialista, cabeza visible del Terrorismo de Estado en el Gobierno del PSOE (el GAL), y de otros personajes no menos sombríos y reaccionarios como Luis Roldán. Al periodo felipista le dediqué muchos de mis poemas políticos

ES LA HORA DE LOS BUEYES
                        Llegaron las horas del sosiego y de la paz
                        y las noches se plagaron de relucientes estrellas
                        para los noctámbulos y los bohemios.

                        Eran los días del silencio de los campos
                        y en sus tardes germinaron amapolas
                        que esculpieron el paisaje de colores indecisos.

                        Fueron los años del preclaro despertar
                        y un ramillete de rosas y de lilas
                        poseyeron a la diosa de los sueños.
                                   ¡¡ Ya no se llevan los yugos
                                               es la hora de los bueyes!!

                        Llegaron las horas de abolir el miedo
                        y un furioso torbellino de ansiedades
                        demandaba por las calles su inquietud.

                        Eran los días de la templanza y el ocio
                        y un vendaval de incontenibles pasiones
                        destronaba impudoroso la moral de las costumbres.

                        Fueron los años de entronar las libertades
                        y un inefable cortejo de fanfarrias y arlequines
                        despidió a los ideales en su última morada.
                                   ¡¡ Ya no se llevan los yugos
                                               dejad que salgan los mansos!!

            Los que vivimos la transición y posteriores épocas, sabemos bien lo falsos que pueden llegar a ser algunos personajes que ascendieron al poder, gracias a programas electorales embaucadores, para una vez que se apoderaron del sillón, aplicar la política que a ellos más les beneficiaba personal y políticamente, y que a la vez sirviera a los intereses de sus patrocinadores y de los más privilegiados de la sociedad. 
De mi colección particular de pegatinas. Elaboración propia

¡¡SILENCIO!!
¡¡Silencio!! escupió Manuel
y el poeta contestó,
¡¡Libertad!!

¡¡Silencio!! gritó Suárez
y el poeta respondió,
¡¡Libertad!!

¡¡Silencio!! ordenó Tejero
y el poeta le gritó,
¡¡Libertad!!

¡¡Silencio!! dijo Leopoldo
y el poeta apostilló,
¡¡Libertad!!

¡¡Libertad!! soltó Felipe
y el poeta susurró,
¡¡Dónde estáaas!!
-----------------------------------------

A UN PELELE Y SU BIGOTE
Érase un señor bigote
repelente y negro oscuro
al estilo puro y duro
del criminal galipote.

Era un señor monigote
fascistoide muy maduro
con vocación de seguro
de tonto de capirote.

Érase un bigote carca
en un pelele adosado
que quería ser veleta,

y se propuso la marca
de que fuese recordado
como “el Presi marioneta”.
------------------------------------------

                                          LA LIBERTAD ERA UN POEMA
Libertad, era la reina
de la noche
conservándose en el whisky
y la cerveza
de los pub del malecón.
                Libertad, era la princesa
de la fantasía
embelesada en un sueño
de placeres
que habías soñado tú.
                Libertad, era el galán
de la madrugada
buscando entre la basura
una estrella
que le alumbrara en la oscuridad.
                Libertad, era la mujer
expulsada del Edén
y condenada al sufrimiento
por insumisa
y por querer a Dios y adorar al diablo.
                Libertad, era la musa
de la minifalda
enseñando sus braguitas color violeta
y vendiendo amor
por las aceras del viejo Molinete.
                La libertad, era un poema
de amor y pasión
escribiéndose entre las ingles ardorosas
de una amazona liberal
que cabalgaba febril sobre su amante.
--------------------------------------------------

NO ERAN TIEMPOS PARA SOÑAR
Ciertamente, aquellos eran tiempos difíciles
para los soñadores idealistas.
Era difícil soñar al lado de unos zombis
reclamando su gramo de estupidez adulterada
para ausentarse de la vida un rato más.

Cualquier esquina era buena
para traficar con la muerte.
Cualquier rincón podía ser bueno
para sucumbir a una oferta tentadora del diablo.

Los perros callejeros te ladraban desaforados
cuando subías a deshoras
la cuesta de la calle del Alto.

Eran tiempos difíciles para los soñadores.
Sí, era difícil soñar, con un espantajo blanco
galopando sin descanso tras de ti
invitándote a subir a su grupa.

Las noches perdían la brillante luminosidad
de las estrellas colgadas de lo alto
y el temor y la angustia se adueñaban de las calles.
Y los narcisos de la plaza de La Merced
se desangraban sin remedio entre la penumbra
con el último chute de heroína.

Los dóberman atolondrados
amenazaban enfurecidos a los transeúntes
que pasaban cerca de sus fauces.

Realmente, aquellos tiempos no podían ser
los más propicios para soñar.

No, no se podía soñar
en el espacio vital de las pesadillas.

            En los primeros años de la actual etapa democrática, tuve la suerte de dar con personas con las que encaucé mis pasos en el conocimiento de la flora y la fauna de nuestro entorno, y en defensa del medio ambiente y de la paz en el mundo, y con ellos participé durante muchos años en el Grupo Pancratium, en el Grupo Ecologista del Mediterráneo (creo que era así como se llamaba), y en el Comité Anti-OTAN de Cartagena y de la Región de Murcia, así como en el grupo Antimilitarista Arco Iris.
  De mi colección particular de “pegatinas”

LOS CAMPOS DE LA MISERIA

                                           Mis palabras se disfrazan de humo

entre palomas de papel
que anuncian la paz para Occidente
mientras rugen los misiles
de la enésima cruzada
en las carnes de Bagdad.

          Mis labios se pronuncian
solidarios contra el hambre
y tranquilizan mi conciencia
temerosa del supremo
flotando en la abundancia
que me procura
la sociedad de consumo
mientras África se muere
con la boca llena de nada
y el estómago harto
de pasar hambre.

          Mis manos civilizadas
atrapan sueños al vuelo
pendientes de un hilo
en la torre de Babel
y siembran de miedo
y de crueles sufrimientos
los campos de la miseria.
Y mientras mis ojos
dominan ausentes
el desesperado escenario
de las gentes sin presente ni futuro.
---------------------------------------------

De mi colección particular de “pegatinas”

El siguiente poema lo recité en la 3ª edición de poesía de “ALUMBRES ESTÁ QUE ARDE”, y fue la causa de que ya no contaran conmigo para las dos últimas ediciones, porque seguramente herí la exquisita sensibilidad de los organizadores, que por aquellas fechas eran del PSOE.  

DE QUÉ PAZ NOS HABLAN

         De qué paz
nos hablan
esos payasos
que nos llaman
a filas
y a los bombazos.
         De qué paz
nos hablan
esos patriotas
que se pasan
las leyes
por las pelotas.
         De qué paz
nos hablan
esos embusteros
que roban
y matan
como cuatreros.
         De qué paz
nos hablan
esos belicistas
que bendicen
las bombas
de los fascistas.
De qué paz
nos hablan
esos cretinos
si la libertad
la ordenan
los asesinos.
De qué paz

nos hablan

esos “valientes”
que asesinan
a niños
y a inocentes.
De mi colección particular de “pegatinas”. Elaboración propia.

HALLOWEEN EN OCCIDENTE

Es la víspera de Todos los Santos

y la luna llena se dibuja esplendorosa
en una atmósfera celeste
de luciérnagas resplandecientes.

En New York, Halloween se festeja por todo lo alto.
Los niños bien y otros portentos por el estilo
se disfrazan de calaveras para asustar al miedo
y se atiborran de kétchup y hamburguesas
bajo la poderosa cobertura
de la estatua de la libertad.
Mientras, las bombas de racimo
revientan niños hambrientos en Afganistán
¡por la libertad y la justicia infinita
dicen los telediarios!

Es la noche de los que ya no están
en el mundo de los vivos
y los vivales de siempre hacen su agosto
al calor de otros fantasmas
que arrastran sus cadenas como zombis
tras la bota inquisitorial
del gran pistolero.

Es la noche de los muertos en Occidente
y El Tenorio vuelve a tomar las pantallas
de la televisión de siempre
y como una novedad, siglo y medio después,
sigue buscando el amor de doña Inés como un poseído
entre las tumbas del cementerio.

Es la noche de los familiares difuntos
y sus espíritus vuelven a llenar los hogares
y los corazones de acuosos recuerdos
a la luz de las mariposas nadando en aceite.

Mañana, los cementerios de Occidente
serán el centro de reunión de las comadres de siempre.
Y hablarán con entusiasmo del culebrón de actualidad
¡qué tierna la escena del niño angustiado que busca a su perrito!
y llorarán desconsoladas por la suerte del animalito.
Y despellejarán a la vecina del tercero
¡fíjate si es..., que su amante la visita todos los días!
y se recomerán de envidia en su interior.
Y suspirarán por lo desaprovechado que está fulanito
¡ay, con lo bueno que está, tú, y dicen que es marica!
Y se quejarán de lo poco que las usan sus maridos
¡como me descuide me voy al otro barrio virgen y mártir!
Y suspirarán profundamente emocionadas.
Y se embriagarán con el intenso aroma de rosas y claveles
y de lirios y crisantemos que enajenan los sentidos.

Mañana en Afganistán seguirán hablando de paz
las terroríficas bombas que el imperio
arroja contra los infieles.
Y seguirán muriendo personas indefensas
pero allí ya no queda tiempo
para tener miedo.
Ni siquiera queda tiempo
para velar a todos los muertos
ni tampoco quedan flores que llevar a sus tumbas.
Sólo las bombas florecen
en los campos de la guerra.
Sólo la destrucción y el horror
se recolecta a su paso.
Pero aquí, en Occidente,
no se escucharán los gritos de dolor
ni se notará el terror, ni la devastación, ni el hambre...
que tantos ciudadanos del mundo sufren.
¡Queda tan lejos Oriente...,!
                   -------------------------------------------------------

Qué gusto que da
escuchar a los ladrones
gritando libremente
¡¡Que somos españoles!!
De mi colección particular de “pegatinas”

CORBATA ROJA, CHAQUETA AZUL

Una palabra rojiza
un señor locuaz y escriba.

A una palabra azulada
le acompaña una balada.

Un señor corbata roja
y un señor chalet de forja
               si un hombre pide trabajo
               y acaso fuera más rojo, ¡al carajo!

Un señor chaqueta azul
con negocio en Estambul
               si un hombre llama a su puerta
               y acaso le pide pan, ¡a la mierda!

Un señor corbata azul
flechas y yugo de emblema
y un señor chaqueta roja
en la solapa una rosa
¿dónde está la diferencia?

Dibujo: elaboración propia


Fuentes

Libros
-Francisco Atanasio Hernández. El Conductor de Ciegos pone su escuela en Moncloa.
-Francisco Atanasio Hernández. La Alcancía de sueños (poemario)
-Francisco Atanasio Hernández. Teresa Casta Amedias (conjunto de 11 relatos cortos y algunos poemas).
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.

Documentos
-Francisco Atanasio Hernández. Del Conductor de Ciegos a la Mula Francis.

Adhesivos
-Francisco Atanasio Hernández. De mi colección particular.

Dibujos
-Francisco Atanasio Hernández.

No hay comentarios:

Publicar un comentario