El Expediente Bernardo
Mateos
A principios
de los 60, paralelamente a la fundación y desarrollo de las CCOO Históricas,
comenzaba a reorganizarse el PCE, y otras formaciones políticas y sindicales
disueltas tras la involución militar franquista.
Parece ser,
que la policía había detectado la divulgación de “El Mundo Obrero”, por
diversos centros de trabajo de la zona de Levante, y la pista le condujo hasta
aquí, Alumbres, donde había un enlace que recogía y posteriormente distribuía
el mencionado periódico del Partido Comunista de España entre los trabajadores.
En 1964, una
redada de la Policía Político Social de la dictadura, dio como resultado la
detención de 17 personas de Torre Pacheco, La Palma, Los Dolores, El Algar,
Cartagena y Alumbres, acusadas de formar parte de una célula u organización del
PCE. Los vecinos de Alumbres resultaron ser, Patricio Mercader Franco, José
Egea Soto “Pepe el Cano”, Sebastián Barcelona “el Pintao”, Antonio Martínez
Gracia “el Rufo” y Teodoro Egea.
Certificado de libertad de Antonio Martínez Gracia 19-6-
1965. Archivo particular de Francisco Atanasio Hernández
Después de
pasar varios meses en la cárcel de Carabanchel, y de Cáceres fueron puestos
en libertad provisional, con la obligación de presentarse todas las semanas en
comisaría, también durante varios meses.
Todos los
alumbreños y algunos de los otros detenidos y encarcelados, por el grave delito
de ser militantes del PCE y distribuir un periódico obrero entre los
trabajadores, eran empleados de la Refinería de Petróleos de Escombreras, y
todos ellos fueron despedidos como represalia.
Estos
hombres, que sufrieron en sus propias carnes y en las de sus familias, la
terrible represión del sistema, tuvieron que ingeniárselas en los siguientes
años para sacar adelante a sus familias. Algunos, tuvieron que volver a sus
viejos empleos, casi olvidados ya, y otros tuvieron que reciclarse, y en
definitiva, a todos les cambió la vida.
Con la amnistía de 1977 algunos pudieron
volver a sus antiguos puestos de trabajo, otros ya estaban jubilados.
Pepe “el
Cano” y Patricio me contaron que tuvieron que esperar hasta este año de 1977,
para que los recolocaran en sus puestos de trabajo, pero no todos recuperaron
su empleo. Pepe “el Cano” y Teodoro Egea, tuvieron que solicitar su
reincorporación en la Refinería de Tarragona, y allí fueron destinados
finalmente. Patricio Mercader, fue readmitido en la empresa, pero como por
entonces Enfersa (Los Parales) era también de Refinería, allí lo incorporaron.
El Rufo, prefirió seguir su propio camino, y no volvió a Refinería. Sin
embargo, Sebastián Barcelona, había alcanzado ya la edad de jubilación con la
empresa de mantenimiento de botellas de butano ADHER, y no solo no pudo ser
rehabilitado devolviéndole su antiguo puesto de trabajo en Refinería, sino que
además tampoco obtuvo la jubilación que en justicia le hubiera correspondido en
esa empresa.
Un aspecto
notable de la readmisión de estos trabajadores represaliados de la Refinería de
Petróleos, es que ninguno de ellos volvió a su lugar o puesto de trabajo
anterior, donde estaba antes de ser despedido, sino que fueron dispersados y
readmitidos en centros de trabajo donde eran desconocidos, y conocían a poca
gente.
De los cinco
alumbreños mencionados no queda vivo ninguno. Antonio Martínez Gracia “El Rufo”, jubilado en la construcción, murió hace un par de años. Patricio
se jubiló en Enfersa, Pepe Egea “el Cano” y Teodoro Egea, de Refinería, y Sebastián Barcelona, se jubió en la empresa ADHER como ya he dicho anteriormente.
Camino a la libertad
A mediados
de los años sesenta, vino a recalar en el pueblo, el cura Francisco Clemente,
que sin ser un revolucionario, supo atraerse a un buen número de jóvenes,
chicos y chicas, de la época, y fundó la J.O.C. (Juventudes Obreras Católicas).
Durante mucho tiempo mantuvo frecuentes reuniones en su casa con la gente
joven, en la que además se reunían militantes de la HOAC (Hermandad Obrera de
Acción Católica), que no es otra cosa que la versión cristiana de la JOC para
adultos. Entonces se veía entrar y salir a gente de aquí y de fuera del pueblo
que años después se dieron a conocer públicamente en diversos frentes de la
lucha por la libertad, como Rogelio Mouzo, Antonio Árbol y José Luis Paternas que venían de La Unión Rogelio y Antonio ya fallecidos), y a Pepe Ros (fue concejal por el PSOE en el
Ayuntamiento de Cartagena, en los primeros años de nuestra democracia, y hace
ya muchos años que también falleció), todos ellos me merecieron siempre mucho respeto y
consideración, independientemente del partido en el que estuvieran afiliados o
militaran, e independientemente de las posibles diferencias que
pudieran existir en los distintos planteamientos políticos. La gente que merece
la pena, deja su huella por donde pisa, esté donde esté y salga con quien
salga.
La lucha por
la libertad ofrece muchos caminos así que después cada uno eligió el suyo.
Hace algo más de 40 años, la libertad, empezaba a andar sus primeros pasos en este país,
pero antes hubo que pasar por el purgatorio, y alguna gente del pueblo sufrió
las consecuencias de sus deseos de libertad. Entonces, a los que reclamábamos un
sistema de libertades, los franquistas nos llamaban subversivos en el mejor de
los casos, porque para asustar a la gente en general, solían calificar a todos
los demócratas como comunistas, y ya se sabe, para los dictadores, para los
franquistas, para los falsos progresistas de todos los tiempos, los comunistas
eran y son representados con rabo y cuernos como el diablo, por lo tanto, todo
aquel al que se tildara de comunista era calificado de endemoniado personaje
enviado por el Kremlin, para subvertir el orden que paradógicamente el usurpador sanguinario y dictador Franco había impuesto.
Por eso no
es de extrañar que en estos tiempos que corren, los jóvenes de las nuevas
generaciones en general, que no han conocido otra cosa, crean que este sistema
de libertades, con todos los defectos que contiene, que son muchos, pero que ellos pueden disfrutar hoy, lo han traído los Reyes
Magos o Papá Noel, o algún otro vivo generoso con muy buena fe que ha venido a regalarlo,
y están muy equivocados, porque nadie regaló este margen de libertades, sino
todo lo contrario, cada centímetro de libertad que hoy se puede disfrutar, se le debe, sin duda alguna, al carácter altruista, filantrópico y
revolucionario, de gentes que en su momento, tuvieron que pagar su osadía con
la persecución, la cárcel o los calabozos, las represalias en materia laboral, el rechazo de amigos y familiares y el aislamiento de la sociedad, que con su dedo acusador, los señalaba como si
de apestados se tratara.
La años de la transición
El 20 de
noviembre de 1975 murió Franco, y con él comenzó el verdadero declive de la
dictadura, aunque no sin ciertas dificultades, ofrecidas por supuesto, por los
sectores más inmovilistas del sistema. A partir de este momento se puede decir
que se inicia la actual etapa monárquica con Juan Carlos I (designado por
Franco) como heredero del trono, al cual cedió sus derechos dinásticos su padre
D. Juan de Borbón el 14 de mayo de 1977.
El
PSOE representó el mayor fraude de la transición y de la democracia, siempre ha
mentido en sus programas electorales con el único fin de conseguir el poder, para después olvidarse de lo prometido y realizar la política que haría la derecha, renunció al marxismo y a la república inmediatamente
que el partido fue legalizado, y lo mismo hizo el PCE de Carrillo a cambio de su legalización el 9 de abril
de 1977. Luego proclamaron su “de entrada no a la OTAN”, para una vez en el
Gobierno, tanto el PSOE como el PCE de Carrillo que junto a sus más fieles ya había engrosado las filas del PSOE de Felipe González, ser los más exacerbados defensores del sí en el referéndum a la OTAN.
Y mientras los mercaderes se labraban un
futuro personal y familiar envidiable, en nombre de la democracia, la mayoría
de la sociedad se enfrentaba en las calles con los antidisturbios, y sufrían
los rigores de la represión de un Estado que solo cambiaba la fachada, dejando
en pie todo el entramado dictatorial que el franquismo había preparado,
incluida la Monarquía y una Constitución que es casi imposible modificarla.
Ese año de
1977, fue muy intenso para los demócratas de la mayoría de las formaciones políticas
y sindicales del país. En todos los ámbitos se hablaba de reconciliación, y
para ello había que ir dando pasos que fueran cauterizando las profundas
heridas producidas por los cuarenta años de franquismo, por lo tanto, era
inevitable empezar promulgando una amnistía general para todos los
represaliados por cuestiones políticas, y esa reivindicación, comenzó a
incorporarse a las plataformas reivindicativas de los incipientes sindicatos
democráticos y comités de empresa que surgían en las asambleas de trabajadores
de toda España, con la doble intención de ser reconocidos como legítimos
representantes de los trabajadores por haber sido elegidos democráticamente,
por un lado, y por otro, presentarse ante la empresa con una reivindicación
esencialmente democrática, como sin duda lo es, la amnistía laboral.
Sin embargo, es preciso aclarar que la amnistía fue en realidad un pretexto para perdonar los asesinatos del franquismo, a los sádicos torturadores del sistema, y por supuesto las injustas y prevaricadoras sentencias emitidas por los tribunales de la dictadura, y que los jueces actuales se niegan anular.
Archivo particular de Francisco Atanasio Hernández
Archivo particular de Francisco Atanasio Hernández
Los
trabajadores de ASUR, que llevábamos luchando desde algunos años atrás por
mejorar nuestros salarios y las condiciones de trabajo, por medio de caminatas a la
salida de los turnos de trabajo y encierros en la empresa, el día 13 de marzo
de 1976 iniciamos “la Primera Huelga Legal de la Provincia” y volvimos al
trabajo un mes más tarde, el 14 de abril.
Acta de la asamblea de ASUR donde se eligió el primer
Comité de Empresa democrático el 14 de abril de 1977
Archivo particular de Francisco Atanasio Hernández
Un año después, el día 14 de
abril de 1977, hace ahora 45 años, todavía se seguía luchando por la libertad en
toda España, por lo que aquél, fue un día muy ajetreado para algunos de los que
por entonces nos considerábamos republicanos y luchábamos por un sistema de
libertades. A primeras horas de la tarde se celebraron las primeras elecciones
sindicales democráticas en ASUR, las cuales, sustancialmente significaban un
desafío más al sistema, porque con ello se pretendía acabar con el llamado
Sindicato Vertical, que aún era el sindicato oficial, y reclamar la
tan deseada amnistía laboral, así que, media hora después de este
importantísimo acontecimiento democrático, un grupo de 18 republicanos, (entre los
que me encontraba yo mismo -recién elegido miembro del Comité de Empresa de
ASUR) que creíamos justo y adecuado manifestar nuestras convicciones políticas
públicamente, éramos detenidos por “los grises” doscientos metros más allá de
donde iniciamos la marcha, (lo cual indica que la policía lo sabía de antemano)
y retenidos en la comisaría de policía de Cartagena durante unas cuarenta
horas, en las que no faltaron los insultos y las vejaciones, especialmente a
las pocas mujeres que iban en el grupo.
La sociedad
es muy ingrata con los que se atreven a cuestionar los fundamentos del redil, y
en los pueblos como Alumbres, de marcado carácter rural con fuertes reminiscencias caciquiles, que a veces tienden a
confundir la defensa de las tradiciones con el conservadurismo e inmovilismo
político y social más rancio y casposo, en los años de la transición de finales de los 70, era muy
difícil que entendieran a los pocos paisanos que nos atrevimos a luchar abiertamente contra el
orden dictatorial establecido.
Por todo
ello, de ninguna manera es acertado decir que la Constitución de
1978, fue un regalo de nadie, dejamos demasiados muertos por el camino en la
lucha por la libertad, y costó demasiados sacrificios humanos, y demasiadas
renuncias de mucha gente como para aceptar conclusiones tan simplistas.
De los supuestos esfuerzos negociadores que las fuerzas políticas democráticas estuvieron realizando con la gente más progresista del régimen franquista, para que
hubiera una transición a la democracia pacífica y de reconciliación, surgió la férrea Constitución que hace casi imposible su
reforma, salvo cuando le interesa a los franquistas, que entonces siempre encuentra colaboradores entre las fuerzas supuestamente progresistas, y se hace por
la vía rápida.
En la actualidad, después de más de 40 años, podemos apreciar cómo la mayoría de los acuerdos de la transición, sólo han servido para rearmar a la derecha más conservadora y reaccionaria, de manera que han surgido partidos ultraderechistas que no esconden sus intenciones de volver al pasado, y campan a sus anchas difundiendo libremente su odio a todo lo que huela a libertad.
La izquierda oficial actual se queja del avance de la ultraderecha, pero durante estos 44 años de postfranquismo nunca exigió la ilegalización de los partidos ultraderechistas, todo lo contrario, los utilizó para atemorizar a la sociedad progresista "que viene la derecha" y cosechar el voto del miedo en los procesos electorales.
Para los ultraderechistas no hay jueces ni fiscales que abran diligencias contra los actos terroristas de los ultraderechistas, la permanente apología del golpismo, y del genocidio franquista.
Fuentes consultadas y/o utilizadas
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX
Documentos
-Certificado de libertad de Antonio Martínez Gracia.
-Tasación de costas practicadas en la causa N.º 140 de 1964.
-Acta de la asamblea de ASUR, donde se eligió el primer Comité de Empresa democrático el 14 de abril de 1977. Archivo particular de Francisco Atanasio Hernández.
Prensa
-La Verdad. ASUR comienza la 1ª Huelga Legal en la Provincia de Murcia 13-3-1976
-Pueblo. ASUR Vuelve al trabajo 14-4-1976
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