Como
ya dije en el artículo anterior de los juegos de chicos, los de las niñas se
caracterizaban por estar destinados a una función en la vida, y por lo tanto,
en general, las niñas jugaban con las niñas, y los niños con los niños, porque
uno se exponía a que los amigos le dijeran maricón, y a los machitos de
entonces les sentaba muy mal.
Las
niñas y muchachas, entre otras diversiones, jugaban a las casicas, a la comba
en sus diversas modalidades, al corro que también había variedad, cogidas de la
mano o del brazo, o formando dos grupos de muchachas cogidas del brazo y
dispuestas frente a frente, mientras cantaban bonitas canciones rítmicamente
combinadas con gestos alegres y pasos adelante y atrás, a la gallinita ciega, al
pañuelo, al testé, las titas, el escondite, al corro Manolo, los juegos familiares, etc.
Foto: cortesía de Pilar Avilés Simón
Juegos
de niñas
Las
casicas.
Era un juego de niñas que, en
tiempos en que las crías de las familias humildes carecían de juguetes, se
precisaba de mucha imaginación para divertirse con unos trozos de tiestos,
azulejos, y piedras o cristales de colores, etc., y de hecho, las crías se lo pasaban
estupendo, tanto si jugaban solas como si lo hacían con las amigas.
La
comba.
Era un juego muy divertido y muy
frecuente entre ellas, en el que se destacaba la habilidad de las participantes
y para el que sólo se precisaba de una soga.
-¡Comba general la que pierda da...!
Dos de ellas daban la comba con un
hábil movimiento de muñeca y hacían voltear la soga para que las otras saltaran
mientras entonaban canciones más o menos inocentes.
“Al pasar la barca
me dijo el barquero,
¡Las niñas bonitas
no pagan dinero!
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
arriba la barca
y abajo el cordel”.
De la comba había varias modalidades,
unas más rápidas que otras, y además una modalidad especialmente atractiva, que
consistía en voltear la cuerda por encima de la cabeza de la chiquilla que
estaba saltando, para inmediatamente volver a dar la comba a ras del suelo.
Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
Al
corro Manolo.
Un grupo numeroso de chiquillas
podía pasarse un rato muy agradable jugando al corro Manolo mientras cantaba el
conocido estribillo:
“Al corro Manolo
tu padre está en los
toros
tu madre más allá
que me caigo una culaaá!
En
cuyo momento todas las crías se dejaban caer al suelo de culo.
La
gallinita ciega.
Éste era un juego de lo más inocente,
pero divertido, sobre todo para las que no hacían de “gallinita ciega”. Todo lo
que se necesitaba era un pañuelo con el que se tapaban los ojos a la que le
tocaba la “china”, y después se le hacía girar sobre sí misma un par de vueltas
para desorientarla. Entonces se iniciaba el juego sin que ninguna de las otras
se moviera de su sitio, y la “gallinita ciega” se movía en busca de alguien con
quién tropezarse, y cuando lo hacía tenía que identificarla, para lo que podía
tocarle las facciones de la cara, y si la reconocía, ésta era quien ocupaba su
lugar, pero si no, tenía que empezar de nuevo la misma “gallinita ciega”.
La
gallina ciega-Francisco de Goya 1789
El
testé.
Es otro juego al que las crías recurrían
muy a menudo. Para su desarrollo, sólo se necesitaba de un pequeño espacio de
suelo de dos o tres metros, que normalmente era de tierra, lo más liso posible
y un pedazo de losa. Entonces se dibujaban una serie de casillas dentro de una
figura en forma de “ T “, y las jugadoras, tenían que ir empujando la losa de
casilla en casilla a la pata coja con el pie que apoyaban en el suelo, y si la
losa caía encima de la raya perdían.
También entre las niñas había variedad
de juegos con los que distraerse, además de los mencionados, el escondite, el
yo-yó, y por supuesto el juego femenino por naturaleza en esos tiempos, jugar
con las muñecas, aprendiendo a ser madres.
Canciones de juegos.
QUISIERA SER TAN ALTA...
Quisiera
ser tan alta
como la luna,
¡Ay!, ¡Ay!,
como
la luna,
como la luna.
Para ver los soldados
de Cataluña,
¡Ay!, ¡Ay!,
de Cataluña,
de Cataluña.
De Cataluña vengo
de
servir al rey,
y traigo la licencia
de mi coronel.
Al pasar por el puente
de Santa Clara
se me cayó el anillo
dentro del agua.
Por sacar el anillo
saqué un tesoro
una Virgen del Carmen
y
un San Antonio.
San
Antonio Bendito,
por
Dios te lo pido,
que me des buena suerte
y un buen marido
que no fume tabaco
ni beba vino,
ni que vaya con otra,
sino conmigo.
EL PATIO DE MI
CASA
El
patio de mi casa
es particular,
cuando llueve se moja
como los demás.
Agáchate, y vuélvete a agachar,
que los agachaditos
no saben bailar.
Hache, i,
jota, ka,
ele, elle,
eme, a.
Que si tú no me quieres,
otro habrá que me querrá.
Hache, i,
jota, ka,
ele, elle,
eme, a.
Que
si tú no me quieres,
otro
amante me querrá.
QUE LLUEVA
¡Que llueva, que llueva!
La Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan.
¡Que sí, que no!
¡Que caiga un chaparrón,
de rosquillas y turrón!
Que rompa los cristales
de la estación
los tuyos sí
y los míos no.
CORRE, CORRE
Chocolate,
molinillo,
corre, corre,
que te pillo.
Una, dos y tres,
sal
niña, que te voy a coger.
RATÓN QUE TE
PILLA...
Ratón que te pilla el gato,
ratón, que te va a pillar,
si no te pilla esta noche,
te pilla de “madrugá”.
ANTÓN PIRULERO
Antón, Antón, Antón Pirulero,
cada cual, cada cual
que atienda a su juego,
y el que no lo atienda
pagará
una prenda.
Dibujo: Francisco Atanasio Hernández
SOY LA REINA DE LOS MARES
Soy la reina de los mares
y ustedes lo van a ver,
tiro mi pañuelo al suelo
y lo vuelvo a recoger.
Pañuelito, pañuelito,
quién te pudiera tener
guardadito en el bolsillo
como
un pliego de papel.
Que una, que dos y que tres,
que
salga la niña que va a perder,
zapatito de Andrés.
¿DÓNDE ESTÁN LAS LLAVES?
Yo tengo un castillo,
matarile-rile-rile,
yo tengo un castillo,
matarile-rile-ron.
¿Dónde
están las llaves?
matarile-rile-rile,
¿dónde están las llaves?
matarile-rile-ron.
En el fondo del mar,
matarile-rile-rile,
en el fondo del mar,
matarile-rile-ron.
¿Quién las irá a buscar?
matarile-rile-rile,
¿quién las irá a buscar?
matarile-rile-ron.
La señorita Pepita,
matarile-rile-rile,
la señorita Pepita,
matarile-rile-ron.
Tengo una muñeca
vestida de azul,
con su camisita
y su canesú.
La saqué a paseo
se me constipó,
la metí en la cama
con mucho dolor.
Esta
mañanita
me dijo el doctor
que le dé jarabe
con un tenedor.
Dos
y dos son cuatro
cuatro
y dos son seis,
seis
y dos son ocho,
y
ocho dieciséis,
y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos,
ánimas benditas,
me arrodillo yo.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
LA VIUDITA
(El
corro)
Doncellas
del prado
que al campo venís,
a coger las flores
de mayo y abril.
(La
viudita)
Yo soy la viudita
del conde Laurel,
que quiero casarme
y
no tengo con quién.
(El
corro)
Pues
siendo tan bella
no tienes con quién,
escoge a tu gusto
que
aquí tienes cien.
(La
viudita)
Escojo
a...
por ser la más bella,
la blanca azucena
del
bello jardín.
(El corro)
Y ahora que has hallado
la prenda querida,
gozosa a su lado
pasarás
la vida.
Contigo sí,
contigo no,
contigo viudita,
me casaré yo.
LOS ELEFANTES
Un
elefante se columpiaba
en la tela de una araña,
como veía que no se caía,
fue
a llamar a otro elefante.
Dos
elefantes se columpiaban
en
la tela de una araña,
como
veían que no se caían,
fueron
a llamar a otro elefante.
Tres
elefantes se columpiaban...
DON GATO
Estaba el señor don Gato
sentadito en su tejado,
marramamiau, miau, miau,
Ha
recibido una carta,
que si quiere ser casado,
marramamiau, miau, miau,
que si quiere ser casado
con una gatita blanca,
sobrina de un gato pardo,
marramamiau, miau, miau,
sobrina de un gato pardo.
Al recibir la noticia,
se ha caído del tejado,
marramamiau, miau, miau,
se ha caído del tejado.
Se ha roto siete costillas,
el espinazo y el rabo,
marramamiau, miau, miau,
el espinazo y el rabo.
Ya lo llevan a enterrar,
por la calle del Pescado,
marramamiau, miau, miau,
por la calle del Pescado.
Al olor de las sardinas
el gato ha resucitado,
marramamiau, miau, miau,
el gato ha resucitado.
Por eso dice la gente,
siete vidas tiene un gato,
marramamiau, miau, miau,
siete
vidas tiene un gato.
Foto: Sonia Atanasio Méndez
CANCIÓN DE BARTOLO
Bartolo
tenía una flauta
con
un agujero solo,
y
a todos daba la lata
con
la flauta de,
Bartolo
tenía una flauta
con
un agujero solo
y
a todos daba la lata
con
la flauta de,
Bartolo
tenía una flauta...
Por supuesto, se conocen más canciones
y juegos de los que yo recuerdo aquí, aunque creo que para el objetivo que
pretendía cubrir puede ser suficiente.
Fuentes consultadas y/o utilizadas.
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX
-Francisco Atanasio Hernández. Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX.
-Grupo de trabajo Stella Maris. Chuperete merenguete.
Dibujos
-Francisco Atanasio Hernández.
Fotos
-Francisco Atanasio Hernández.
-Sonia Atanasio Méndez.
-Pilar Avilés Simón.
Cuadro
-Francisco de Goya. La Gallina ciega 1789 (internet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario