Las tiendas de
comestibles.
Hubo un tiempo en que tener crédito en las tiendas de comestibles del
pueblo, podía suponer la diferencia entre darle de comer a la familia y pasar
necesidades, y era bastante importante la distancia entre una y otra cosa como
para procurar que los tenderos “fiaran” la compra diaria.
Con mucha frecuencia, esta circunstancia fue motivo de fuertes
controversias entre el fiador y algún que otro cliente, sobre todo por el alto
índice de analfabetismo de los adultos de entonces, que solían sacar las
cuentas con garbanzos, habichuelas, o algo parecido y rara vez cuadraban con
las del tendero.
La picaresca social estaba tan extendida entre la población en
general, por un natural y lógico sentido de supervivencia, que era extraño que
los pesos y otros sistemas de medida pesaran o midieran correctamente las
cantidades que se pedían. Ni los kilos contenían un kilo, ni los litros
llegaban al litro.
Pero a pesar de todos los defectos, y a veces incluso abusos cometidos
que se podrían relatar, tenemos que reconocer que si no hubiera sido porque
unos tenderos sí, y otros también fiaban las compras de los vecinos, para
muchas familias habría sido imposible procurar la alimentación diaria que
obtenían por este viejo sistema de crédito.
Interior de la tienda, bar y
estanco de Rafael. Foto: Cortesía de Pepe García (nieto de Rafael)
Sistema que por otro lado no tiene mayores defectos que el crédito que
hoy te ofrecen las entidades financieras. Incluso podría aventurarme a decir
que el de entonces era menos agresivo y más humano que el de los bancos. Sobre
todo porque por el sistema de fiado que se empleaba en tiempos pasados, al no
haber contrato escrito, ni facturas firmadas, ni nada que garantizara el pago,
el vendedor solo tenía la palabra del comprador, y ya se sabe que para alguna
gente las palabras se las lleva el viento. En cambio el sistema de crédito de
los bancos y cajas de ahorro, aunque te dan todas las facilidades posibles para
que obtengas lo que quieres, siempre garantiza el cobro de la deuda, y si
tienen que embargarte todos los bienes que tanto esfuerzo te han costado
obtener a lo largo de la vida y dejar a la familia en la calle, lo hacen sin
que a nadie le tiemble el pulso.
En Alumbres se conocen familias que pasaron por un mal momento y
perdieron sus propiedades, porque el banco es un ente sin cara y sin
sentimientos que está concebido para obtener los máximos rendimientos
económicos en el menor tiempo posible a costa de lo que sea.
Autoservicio Beatriz.
Hay que remontarse muchos años atrás para que la memoria comience a
registrar los primeros pasos del “Recovero” y “la Beita” en el campo del
establecimiento comercial, que no en el del comercio, porque en este otro,
Antonio “el Recovero” llevaba mucha ventaja, pues seguramente le salieron los
dientes haciendo negocios de forma ambulante con las aves y los huevos como su
apodo indica.
Por aquellos años, de finales de la década de los 50 y principios de
los 60, había una pequeña tienda de comestibles en la esquina de las calles
Mayor y Parreta, propiedad de Mariano y su esposa Mariquita, que ancianos ya se
la vendieron al “Recovero” y su mujer “Beita”.
Desde entonces ha transcurrido mucho tiempo y aquella tiendecica, se
transformó en el extenso supermercado Beatriz, que ocupaba toda la parte de la
manzana de viviendas que da a la calle Mayor, desde la calle Parreta a la plaza
Primo de Rivera que es por donde tiene la entrada. En la actualidad es
propiedad del supermercado SPAR, aunque en la esquina que da a la calle Parreta,
justo en el lugar donde estuvo la tienda de Mariano, aún sobrevive una fruteria
con la denominación de BEATRIZ, que si la información que poseo es cierta,
dirige Eusebio, el hijo mayor.
No se puede negar que el tándem Recovero-Beita fue una máquina bien
dotada para los negocios, a la que además hay que reconocerle, que en su
momento, fue precursor en la introducción del sistema financiero y sus oficinas
en el pueblo.
Nuevo establecimiento Beatriz.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
El Estanco
Estaba situado en la esquina de la calle Mayor con la del Estaño, y es
uno de esos establecimientos comerciales que por haber sido de tradición
familiar, fue manteniendo las estructuras de tiempos pasados en los que se
concibió como tienda de todo.
Los de mi generación siempre la conocimos como tienda de comestibles,
estanco y bar a la vez, que siendo propiedad de Rafael pasó a su hijo Paco y su
mujer Anita, y de estos a sus hijos Agustín y Pepe García, cuya actividad
mantuvieron limitada a la de bar durante un tiempo.
En la actualidad hay un estanco en Alumbres "Tabacos Laencina", ubicado en una esquina de la plaza Primo de Rivera.
En la actualidad hay un estanco en Alumbres "Tabacos Laencina", ubicado en una esquina de la plaza Primo de Rivera.
El Ganino
Esta tienda de comestibles estaba ubicada en una esquina de la calle Mayor
con la del Estaño. En los años sesenta se marchó del pueblo.
En ese lugar se estableció luego la carnicería de Fuentes, y después
la llevó un tal Paco de Roche. Parece que ahora está cerrada.
Ginés Morales
Era tienda de comestibles de tradición familiar que continuó
manteniendo el hijo Pepe Morales Nieto hasta su cierre.
Durante mucho tiempo en este establecimiento comercial también se
despachaba pan que hacían diariamente en su propio horno, que estaba en la
calle Mayor enfrente de la tienda.
Hace tiempo que el horno de Ginés Morales dejó de hacer pan igual que
el del Molinero. A esos hornos se iba a cocer los rollos, cordiales, tortas
escardadas y mantecados que preparaban nuestras madres en los años 50 y 60.
Tienda de “Polonia”.
Fulgencio Conesa “el Tiznao”, fue durante mucho tiempo propietario de
la tienda de comestibles que popularmente se conocía con el nombre de
“Polonia”, situada en la esquina de la plaza Primo de Rivera y la calle Corazón
de Jesús.
Fulgencio trabajaba en Garrabino y cuando se retiró, en lugar de
cerrar la tienda la puso a nombre de su mujer Apolonia Muñoz Esparza.
La tienda de comestibles cerró en 1990, y después de demolida, se
levantó una nueva construcción.
Carnicerías.
En la calle Puente tuvo su carnicería Carmelo y Anica, que además
tenía un rebaño de ovejas. Hace muchos años que la cerraron.
Pepe el carnicero tuvo la suya en la calle Mayor frente al Bar San
Roque, y en la plaza de la Iglesia estuvo abierta la carnicería de Ascensión,
que cerró hace muchos años porque sus hijos José, Antonia y Leonardo Mendoza
Lorente decidieron dedicarse a otras actividades. La carnicería de Ginés estaba
en la calle Duque, al lado de la farmacia. Actualmente no hay carnicerías en el
pueblo.
El kiosco del “Mergo”
Isidoro Madrid “el Mergo”, estaba afectado por la silicosis, terrible
enfermedad adquirida en las labores de la minería, y con este pequeño
“negocio”, conseguía un complemento económico con el que sacar a su familia
adelante. Estaba instalado en la plaza de la Iglesia, casi enfrente del Bar El
Patio.
Isidoro Madrid “el Mergo”
posando en la puerta del Kiosco
Desde hace muchos años, hay otro Kiosko en el paseo del Malecón, cuyo "negocio" explota la familia de Higinio.
Tienda de Andrés.
Tienda de Andrés.
Cuando a principios de los setenta se construyeron los Chalet en la
zona de La Hoya, puso tienda de comestibles Andrés, y durante muchos años dio
servicio a los vecinos de La Hoya, pero hace tiempo que cerró el negocio.
Panaderías.
Las panaderías del pueblo ligadas a los hornos de Ginés Morales y el
Molinero desaparecieron con ellos, y en la actualidad el pan se puede adquirir
en la panadería confitería San Roque, y en el supermercado SPAR por ejemplo.
Barberías y peluquerías.
En otros tiempos a los establecimientos donde se cortaba el pelo se
les llamaba barberías y en Alumbres había dos, ambas ubicadas en la calle
Mayor, una al lado de la otra.
Cada uno de los barberos tenía su propio estilo de pelado, y entre los
críos se sabía quién se pelaba en la barbería de Gonzalo Ruiz o en la de
Jacinto Samper, que relevó a su padre Vicente en el oficio.
Gonzalo cortaba el pelo muy cortito, y las patillas las dejaba rectas
(ahora está de moda llevar la cabeza rapada, y muchos jóvenes se cortan las
patillas rectas). Entre los chiquillos de la época era muy comentado que a
veces mientras pelaba, la mujer de Gonzalo, que trabajaba en Garrabino, le llevaba
una yema de huevo en el interior de un vaso de vino dulce, que el hombre se
tomaba sin pestañear, pues entonces se decía que aquella bebida proporcionaba
muchas energías, aunque también un aliento desagradable si se escapaba un
eructo, cosa que entonces tampoco estaba mal visto.
Jacinto más joven que Gonzalo, y creo que hasta con mejor vista,
realizaba pelados más acorde a los gustos infantiles y juveniles de la época.
No es casual que cuando los jóvenes empezaban a trabajar y disponer de recursos
económicos propios, buscaran otros lugares donde arreglarse el pelo más a la
moda.
Luego surgieron otras peluquerías, entre las que sé que continúa su
actividad, la peluquería COCO de señora y caballero, Peluquería Unisex Mayte y
también Mili Estética, aunque ésta no es exactamente una peluquería.
Bar San Roque.
Manuel Hidalgo García, más conocido por “Manolillo” llegó a nuestra
tierra con las manos vacías y la cabeza llena de sueños a mediados de los años
cincuenta. Venía de Salobreña, un pequeño pueblo de Granada donde nació en
1937, y aquí conoció a la alumbreña Concha Reche Jiménez, con la que contrajo
matrimonio en junio de 1962.
Su actividad laboral fue muy variada, pues no poseía estudios ni
profesión. Trabajó en la construcción, en las minas, en Garrabino,... hasta que
se inclinó por la venta ambulante de pescado, primero en moto y después en
coche, y luego en su pescadería.
Hacia 1970, Andrés “de la Cana” le alquiló el bar del cine Isabelita,
para cuyo acondicionamiento y puesta en funcionamiento tuvo que endeudarse
hasta el cuello, pero lo transformó en un bar moderno, cambiando incluso la
ubicación de la barra, que pasó de estar a la derecha conforme se entra a
situarse enfrente, y en lo que antes era la taquilla del cine y la puerta que
comunicaba el vestíbulo del cine con el bar, pasó a ser la cocina del
establecimiento. Estamos hablando del Bar San Roque, que creo que después de
las reformas de “Manolillo” no ha vuelto
a sufrir ninguna otra, ni siquiera el nombre comercial.
Antes que Manolillo vimos tras la barra de ese bar en los años 60 a
Diego Martínez López (el Piri), y también a Amaro Celdrán.
Está donde siempre en el nº 56 de la calle Mayor, sólo que desde
hace años lo dirige y administra Eugenio Vilar Morell que es el responsable de
la buena marcha del negocio, y parece que está especializado en asiáticos y
tapas variadas, aunque también sirve comidas.
Bar El Patio.
Amaro Celdrán ”Amarito”, era uno de esos alumbreños castizos que sólo
salió del pueblo de forma coyuntural, porque casi siempre residió en Alumbres.
Su larga actividad laboral siempre la desarrolló alrededor de la
hostelería.
En los años sesenta, montó su propio negocio en la plaza de la
Iglesia, el Bar El Patio, y también se hizo cargo del bar del Cine Isabelita
que le arrendó Andrés “de la Cana”.
En aquellos primeros años de la década, los jóvenes en especial, pero
también los adultos, frecuentábamos con mucha asiduidad El Patio, para jugar
una partida a las máquinas, o a las cartas, o simplemente para tomar un
refresco mientras se escuchaba música. Este era un bar moderno para aquellos
tiempos cutres que corrían, y rompía los moldes de la concepción de bar que se
tenía en el pueblo.
Sin embargo la verdadera revolución del Bar El Patio llegó algo
después, cuando Amaro puso en la barra para servir a los clientes, a alguna que
otra joven bien dotada de los encantos femeninos necesarios como para atraer al
panal de miel a los moscones de aquí y a otros muchos de fuera.
En él se desarrollaron acontecimientos memorables para el pueblo, como
el primer Baile del Vermut celebrado en las Fiestas de San Roque de 1965.
Interior del Bar El Patio.
Foto: cortesía de Antonio Manzanera
Posteriormente, Amaro abrió también el Bar El Patio para la estación
de invierno, justo enfrente del otro, cuyo edificio antes fue el domicilio de su
familia.
En 1969, Lola Lemos, veterana actriz de teatro, tuvo la amabilidad de
venir a Alumbres a presenciar un ensayo del grupo de teatro alumbreño Amigos de
La Tierra, y después estuvieron en el Bar El Patio tomando unas copas.
El Bar El Patio, hace ya muchos años que cerró sus puertas.
La Bodega.
Es un bar que se instaló en nuestro pueblo hace ya más de 20 años,
según creo desde 1994. Los responsables de su buen funcionamiento son los
hermanos Velasco, y se encuentra en la esquina de la calle Mayor y la calle
Prefumo.
Hace años decían sus propietarios que su especialidad eran los vinos y
las tapas caseras, aunque con el tiempo han ido ampliando sus ofertas, y por lo
que sé también sirven desayunos, almuerzos, menús diarios y celebraciones.
Además, he oído decir que hace un tiempo adquirieron también el local donde
estuvo la tienda de Rafael.
En este lugar hubo antes una tienda de comestibles que tuvo diversos
propietarios. Recuerdo a Gregorio Sánchez que vivía en El Turbinto, y también a
Encarnita, y posteriormente a Rosa.
Bar la plaza
Este bar está ubicado en la Plaza de la Iglesia, o como según reza en
la placa Municipal, Plaza Dr. Estrada.
Es un establecimiento relativamente joven, pues si mis datos no me
fallan no tiene más de seis o siete años.
Está especializado en tapas, Café y copas, y ofrece música para la
distracción de los clientes. El responsable de su buen funcionamiento es Kiko
Celdrán.
El bar del Casino.
El local
social de la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva, conocida popularmente como
Casino o Sociedad, desde principios de los años setenta, está ubicada en el
edificio que hay entre las calles Progreso y Milagrosa, con entrada por el
Malecón, aunque antes estuvo donde está la tienda de Ginés Morales, y luego en
el edificio de ladrillo visto que hay entre la calle Mayor, Prefumo y Parreta, teniendo
la entrada por la calle Prefumo, algunas de sus ventanas dan a la calle Mayor,
y el fondo del local a la calle Parreta.
El bar del Casino, Tiempo atrás, siempre lo llevó un socio bajo las
normas de apertura, cierre, y política de precios marcada por la directiva de
turno, de cuya labor el encargado del bar obtenía unos ingresos que ayudaban a
la economía de su familia.
Sociedad de Fomento y Cultura Minerva de Alumbres "El Casino". Foto: F.A. H.
En esa barra han estado despachando artículos propios de su actividad
alumbreños como “el Trabuco” y su mujer Cari, “Manolillo”, Paco “el Chapetas”,
Nazario, Jeromo “el Barracas”, Andrés García, Antonio
Nicolás “el Fari”, y en le actualidad Raquel.
En los setenta, se empezó a celebrar la fiesta de Nochevieja, y desde
entonces aquí ha evolucionado positivamente dando un servicio más al pueblo, de
manera que se ha podido ver cómo la Nochebuena de 2004, por ejemplo, también se
utilizaba para la obtención de recursos económicos por la Comisión de Fiestas
de San Roque.
En la actualidad, como en numerosas ocasiones del pasado, sus salones
se siguen utilizando para la celebración del Baile del Vermut en las fiestas de
San Roque y otros actos populares.
Cafetería Hidalgo.
Manuel Hidalgo Reche “Manolillo hijo”, inauguró la cafetería bocatería
Hidalgo en 1992, según me dijo él mismo hace tiempo. El hijo de “Manolillo”
quería continuar la tradición de su padre y durante un largo período mantuvo el
bar con ese propósito, luego lo llevó otra persona que no
conocí, y en la actualidad se le denomina "El Callejón".
El Gómez.
Era un negocio familiar que estaba en la esquina de la calle Mayor y
la calle Jazmín, y que en los últimos tiempos en que estuvo abierto, servía
para que Pepe y su hermana soltera se ayudaran un poco.
Un bar típico de copeo casi en exclusiva, concebido en su origen para
una clientela de generaciones anteriores a las del cubata, de costumbres
pasadas de moda, y que había cambiado muy poco en el transcurso del tiempo. La
venta de golosinas junto con algunos refrescos, a malas penas servía para
mantener abierto el local.
De todas formas mientras estuvo abierto, durante las fiestas de San
Roque siempre tenía clientela juvenil que le gustaba entrar a tomarse unas
copitas de “maricón”.
Hace mucho tiempo que cerró, y en su lugar se construyeron nuevas
viviendas.
Bar Las Planchas.
Este bar se abrió en la década de los sesenta coincidiendo con la
terminación del bloque de viviendas donde está ubicado, en la esquina de la
calle Mayor y la plaza Primo de Rivera.
Desde su inauguración lo llevó Ginés Raja y su mujer Fina, y en sus
inicios significó un lugar más de encuentro y distracción de los jóvenes que
íbamos a jugarnos unos cubatas a las cartas.
Después lo llevó su hijo Ginés, porque el tiempo pasa y nos hace
mayores a todos. Después defendió el negocio Fermín,
hijo de Matilde y en la actualidad lo dirige otra familia con el nombre de "Las nuevas Planchas".
Bar de Mariano “el
Bigotes”.
Este es de los establecimientos de otra época que he decidido
denominar de venta de todo, comestibles, bebidas y tabaco. Por su ubicación al
final de la calle Virgen de la Caridad en El Portazgo, al lado de la parada de
los autobuses de Cartagena-La Unión y viceversa, siempre lo conocí como un negocio
de clientes esencialmente de paso, ya que nunca hubo en el barrio más de 30 o
40 viviendas, aunque no hay que olvidar que a los vecinos de otros tiempos les
venía bien.
Antes de la construcción de la circunvalación de la carretera de
Escombreras, la espera de la banda de música en El Portazgo se hacía llevadera,
por lo entretenido que resultaba estar dando viajes al bar a tomarse unas
copitas hasta dejarlo sin existencias de “maricón”, y otras bebidas por el
estilo.
Hace años ya que el bar de Mariano “el Bigotes” se convirtió en un
solar, igual que la mayoría de viviendas del antiguo barrio del Portazgo,
aunque aún quedan en pie cuatro viviendas.
La Granja Park.
Entre Alumbres y Borricén, frente a la estación de la FEVE de
Alumbres, en las Casas de la Cruz, que fue la finca de Pérez, se encuentra este
establecimiento que ofrece distracciones infantiles y servicio de restaurante
para familias y celebraciones. Además ofrece servicios de equitación.
El restaurante La Casona de la Granja forma parte del mismo complejo y
según dicen siempre está abierto.
El Tío Pepe el del Carro.
Venía de Cartagena en una tartana, y ofrecía a sus clientes un vale
para que pudieran ir a comprar a crédito ropa para vestir a la familia en
varias tiendas de Cartagena.
Aquella era una forma de vestir que propició que muchas familias
pudieran cambiar de vestuario más frecuentemente, en tiempos en que lo
frecuente era la escasez de recursos económicos.
Con esos vales que el Tío Pepe emitía avalaba la compra de ropa de la
persona que lo portaba en las tiendas señaladas, y después él se encargaría de
ir cobrando periódicamente a domicilio la “cuenta realizada”.
Otros comercios y/o
negocios.
Tienda de Caragoli.
En principio, esta tienda estuvo ideada para la venta de artículos de
pesca y jardinería, incluso el nombre Caragoli, que significa caracolillo o
caracol pequeño, alude a un molusco, y sin embargo pronto tuvieron que ampliar
la oferta de artículos de venta, y terminaron vendiendo de todo.
Valentín Navarro Barcelona y Conchi Díaz Martínez fueron sus promotores,
y la abrieron al público en 1986 en el rincón de al lado de la tienda de
electrodomésticos del Cacharro, y la cerraron en 1995.
Hace tiempo, Valentín me dijo que no tenía ninguna duda, de que
Caragoli fue la primera tienda del estilo todo cien moderno que hubo en
Alumbres, aunque sin pretenderlo.
Pequeños comercios hay varios en Alumbres, entre los que puedo
mencionar, la Papelería de Papel en Papel, un pequeño negocio al comienzo de la calle Duque, y puede que haya algunos más que no conozco.
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres en el siglo XX.
-Francisco Atanasio Hernández.. Lo que me quedó de Alumbres en el siglo XX.
-Juan Ros y Pedro Pérez. Cosas de Alumbres.
Documentos
-Hilario Celdrán Rodríguez. Mis fiestas de S. Roque.
-Francisco Atanasio Hernández. Colección particular de Programas de las fiestas de San Roque.
Testimonios
-Manuel Hidalgo Reche.
-Concha Reche Jiménez.
-Valentín Navarro y Conchi Díaz Martínez.
-Mis Recuerdos.
-Antonio Zapata.
Fotos
-Antonio Manzanera.
-José García (hijo de Paco el del Estanco).
-Francisco Atanasio Hernández.
Prensa
-El Noticiero.
Ruego disculpas a todos los lectores que pusieron un comentario en mi blg, pero quiero aclarar que no he sido yo el responsable de su eliminación, sino de la API de Gogle + que ha dejado de estar disponible y que no me ha dado opción de mantenerlos o recuperarlos. Gracias por vuestra comprensión.
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