Este trabajo se lo dedico a todos los trabajadores de la minería de la
Sierra minera Cartagena-La Unión, y en especial a mi abuelo y a mi padre que
también fueron mineros.
Como es sabido, Alumbres tiene su origen en la minería, y
en la actualidad, hay vestigios de su pasado minero por toda la
circunscripción, y ello a pesar de que hace más de 50 años que se dejaron de explotar.
En el
Cabezo Rajao-Mina Iberia. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En el Complejo Minero de La Parreta. Foto: Francisco Atanasio Hernández
En
algún lugar he dicho ya que a mí las minas no me gustan, y el trabajo de minero
menos, y eso que llevo sangre minera en las venas, pues mi padre y mi abuelo
materno trabajaron en ellas. Los mineros y sus familias debieron de sufrir
mucho durante las largas jornadas en las que permanecían bajo tierra, y con el
temor de que sucediera algún mortal accidente que les impidiera volver a ver a
los suyos y a la luz del sol, aunque esto último casi es una metáfora, pues los
desgraciados “trabajaban de sol a sol”, es decir, empezaban la faena con las
primeras luces del alba y acababan anocheciendo el día, o al revés.
El
presente trabajo tiene como finalidad recordar algunas de las zonas mineras del
entorno de Alumbres, que de una u otra forma, solo o acompañado, he ido
visitando en los últimos años.
El
Complejo Minero de La Parreta, el Cabezo Rajao, y los alrededores de la
población, La Unión, Llano del Beal, Portmán, y Gorguel fueron lugares donde se
desarrolló la acividad laboral que dio orígen y nombre a nuestro pueblo, y de
donde se extrajeron principalmente, minerales para la producción de la plata,
el alumbre, el plomo, el hierro, el zing y el cobre.
UNA MINA DE AZOGUE EN ALUMBRES
Por lo tanto, es obvio que no es extraño hablar de minas en esta zona, sin
embargo hace algunos años que conozco la existencia de una mina en la
diputación de Alumbres, que por lo visto es la única en la Región de Murcia,
que yo conozca al menos, de la que tiempo atrás parece que contenía un mineral
poco frecuente por estas tierras como es el azogue.
Sin embargo tengo que decir que el lugar donde está enclavada es muy poco
frecuentado, y además, para llegar a la mina primero hay que batirse el cobre
con las aliagas que cortan los caminos.
Como siempre pasa por aquí, en cuanto diga donde está, saldrán algunos de
los listos de siempre diciendo que la conocen y que han estado allí muchas veces,
y si no dicen que sus abuelos tuvieron participaciones en ella será porque
quizás carecen de antepasados que se dedicaran a la minería.
El caso es que, como en tantas otras facetas de la vida, unos trabajan y
se exponen y otros utilizan ese esfuerzo en beneficio propio o en el de sus
amigos más emblemáticos.
No soy nuevo en este mundo y he visto demasiadas veces, cómo gente que va
por ahí proclamando trasparencia y autenticidad en las barras de los bares, son
los primeros que te acuchillan por detrás y no pierden la ocasión de ponerte
como hoja de perejil en cuanto les das la espalda, y tampoco desaprovechan la
oportunidad de echar tierra sobre tu trabajo, no importa lo interesante y
laborioso que haya sido, si eres de Alumbres y además no vas a la iglesia los
domingos, eres merecedor de los más severos estigmas, y sobre todo lo que más les
interesa a estos ejemplares es desprestigiarte como sea por alguna oscura
razón, entre las que cabe la envidia.
Ahí los tienes, encima de ti, aconsejándote paternalmente como si pudieran
darte lecciones de todo, aunque no tengan idea de nada. Te hablan con la
verborrea de un erudito y la chulería de un perdonavidas como suele expresarse Arturo
Pérez Reverte, con el cojones y los huevos por toda bandera y literatura, pero
alardeando de que saben más que nadie y que son poseedores de la verdad
absoluta, y si discrepas de sus “sabias opiniones”, entonces te enseñan los
músculos y te retan a un combate de boxeo, especialmente si eres mayor como yo
o más viejo, la edad no les importa, nada más que para tener la certidumbre de que
te podrían vapulear y pisotearte, para luego contarle a sus amigos en el bar lo
valientes que son.
Ellos y los que consideran sus amigos son perfectos, los demás somos
tontos y vamos cargados de defectos y traumas, según su diagnóstico médico (que
también de medicina saben más que los doctores), aunque en realidad estén
necesitados de la visita a un siquiatra a la mayor urgencia posible.
Los conocimientos de estos personajes son inconmensurables, y sus
opiniones, sean correctas o incorrectas, sean justas o no, solo puede juzgarlas
Dios, los mortales no, porque correríamos un grave peligro.
En fin la mina en Alumbres se descubrió en 1895, y así lo informaba la Gaceta
Minera, sin embargo, y aunque pasó a la posteridad como la mina de azogue entre
mis paisanos, parece que su producción no fue muy importante y por lo visto no
duró mucho su explotación.
No obstante, cuando conocí la noticia indagué entre algunos de nuestros
mayores, y aunque alguno recordaba el nombre por el que se conoció la mina, no
supo exactamente por donde se encontraba y tuve que buscarla.
En Sierra Gorda con el monte de la Porpuz a la espalda.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
El azogue o cinabrio es el mineral de donde se extrae el mercurio, y se
encuentra en España en cantidades rentables en las minas de Almadén de la
Comunidad de Castilla-La Mancha, cuyas reservas de mercurio están consideradas como
las más grandes del mundo.
Cuántas veces habremos escuchado a nuestros mayores decir “Estate quieto
niño, que parece que tienes azogue” o ”Oye tú, este niño tiene azogue” y es que
el mercurio es tóxico y afecta al sistema nervioso, por lo que la mencionada
expresión se suele dedicar a niños muy inquietos que no paran de moverse un
segundo, aunque no tienen por qué estar intoxicados por el mercurio ¡Dichosa
niñez y su inquietud!
El mercurio se obtiene sometiendo a calor el mineral, con lo que el
mercurio se evapora y condensa en recipientes herméticos.
A lo largo del tiempo se le ha dado multitud de usos, entre los más
conocidos podemos recordar el de los termómetros, lámparas fluorescentes, y la
obtención de oro y plata por amalgamas.
El lugar donde está enclavada la mina, que creo que es la del azogue, es
muy poco frecuentado, y además, para llegar a ella primero hay que andar un
buen trecho por el monte y luego hay que batirse el cobre con las aliagas que
cortan los caminos.
La mina está situada a media altura de la falda Oeste del monte conocido
como La Porpuz, y tiene la entrada tapada por el hundimiento del terreno, por
lo que no es aconsejable entrar en ella, y por supuesto, yo no lo intenté.
La visité en 2014 porque quería saber en qué lugar y condiciones se
encontraba, y después de hacerlo lo puse en conocimiento de la Junta Vecinal de
Alumbres porque justo al lado de la mina encontré un pozo sin brocal que puede
resultar peligroso. Después no he vuelto por allí.
Mina de
azogue. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Cinabrio
Me gusta la poesía y me agrada intercalar en mis escritos algún que otro
poema, si puede ser de mi autoría, que guarde relación con el tema que trato,
como este acróstico que pongo a continuación.
A veces, la luna vuelve a brillar
Lisonjera en mi memoria
Un escalofriante momento.
Mi guitarra suena entonces quejumbrosa
Bordando melancolía por mineras
Rimas con sabor a pirita y alumbre
Esquirlas de fuego y pasión desenfrenado
Siembran caricias en mis entrañas.
Duendes, dioses y pitonisas
Encienden sus mágicas hogueras
Sobre la seca hojarasca de mis ancestros
Desde donde la savia lechosa de las
higueras
Emerge hasta las cenizas de mis sueños.
Montes de esparto y bizcocho
Ingles de sol y artemisa.
Mieles de cera y cristal
Entre nubes y azucenas
Miran la orilla del mar.
Orlas de cal y granito
Rifan sus lomas al viento
Inflaman la ocasión de azul
Aires de todos los tiempos.
EL GRUPO
SENDERISTA DEL GARABITO A GRANÁ POR LA SIERRA MINERA
Desde hace varios años comparto
caminatas por montes y zonas mineras de nuestra tierra, con un grupo de
veteranos al que bautizamos con el nombre de “GRUPO SENDERISTA DEL GARABITO A GRANÁ”,
en honor al molino de Paco el del Garabito en Alumbres y a la Alhambra de
Granada, porque en el grupo tenemos a un granadino, Miguel Cervilla y dos
alumbreños, Paco Llor y yo.
Pues bien, con este grupo he realizado
numerosas incursiones, y aún las sigo haciendo, por las zonas mineras de
nuestra tierra, como La Parreta, Sierra Gorda, El Cabezo Rajao, El Garbanzal,
La Unión, Portmán y El Gorguel.
Logotipo utilizado en las crónicas de las caminatas
del grupo senderista. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Cuando nos toca visitar alguna zona de
Alumbres, La Unión o Portmán, quedamos en casa de Paco Llor, o en El Casino de
Alumbres, y desde allí empezamos la caminata. Alguna que otra vez nos dirigimos
hacia La Parreta o Sierra Gorda, pero la mayoría de ocasiones cogemos el
sendero que hay en la falda del montecico del molino de Paco el del Garabito, y
pasamos cerca del casi derruido ya, que los de mi generación conocimos como de
“La Señorita”, aunque antes se llamó de “Pedro el Garrabinero”.
Siguiendo adelante pasamos junto al montecico
del Tío Gil, rodeamos el Cerro de la Cabrica, y caminamos en dirección del
Huerto de San Pedro en La Esperanza, y una vez allí, tomamos diversas
direcciones, unas veces subimos al Cabezo Rajao, donde disfrutamos hablando del
apasionante pasado minero de su entorno y después continuamos hacia La Unión
pasando por las minas que hay detrás del Cabezo y El Garbanzal. Otras en
cambio, decidimos seguir en dirección al Chorrillo y Parque Minero de La Unión,
o subimos por la carretera de Portmán hacia los molinos de viento generadores
de corriente eléctrica, y volvemos por la Carretera del 33 hasta la Ciudad
Minera y Cantaora, y desde allí, pasando por la puerta del Cementerio del
Rosario, llegamos hasta Alumbres donde nos esperan los vehículos aparcados.
En las escalinatas de acceso a la mina Agrupa
Vicenta. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Protesta ecologista en 2010 contra el proyecto de
Macro Puerto en la playa del Gorguel colmatada de estériles mineros. Foto: Francisco
Atanasio Hernández
Algunas veces nos desplazamos a
Portmán y desde el poblado nos dirigimos a la Batería de Cenizas, o a la playa
del Gorguel.
Se nos encoge el corazón, cada vez
que cruzamos por los estériles mineros que durante décadas estuvieron
colmatando las playas de Portmán y el Gorguel, con el beneplácito de las
administraciones de turno.
El mayor
atentado ecológico perpetrado por el hombre en este país de corruptos, y otras
porquerías, más o menos 1000 m de largo por 500 de ancho, y al menos 8 o 10 m.
de profundidad de desechos mineros sustituyen al mar y a la playa de Portmán, y
se me remueven las tripas mientras escribo estas palabras por el crimen
iniciado en época dictatorial y continuado, mantenido y bendecido per secula
seculorum por los gobiernos llamados democráticos de los últimos 30 y tantos
años, es decir, la dictadura franquista comenzó el crimen, y ellos, los que se
llaman demócratas, lo apuntalaron.
MAÑANA DE
APRENDIZAJE POR EL ANTIGUO COMPLEJO MINERO DE LA PARRETA
La historia es maestra de la vida (“Historia
magistra vitae est”, que diría un clásico), por eso una mañana de 2013 me
aproveché de la voluntariedad y experiencia de mi paisano y amigo Ginés Valero
Martínez (el Chinche), que con sus 82 años de entonces sobre sus encorvados
hombros, se brindó a acompañarme a patear las antiguas minas alumbreñas del
Complejo Minero de La Parreta, en alguna de la cuales, me consta que trabajó en
sus años jóvenes y me ofreció una lección magistral que le agradezco infinito,
a pesar de que yo nunca he tenido interés por las minas, especialmente como
lugar de trabajo, y eso que mis antepasados laboraron en ellas como la mayoría
de los antiguos pobladores alumbreños, concretamente, mi padre fue minero en los
primeros años de su vida laboral y en sus oscuras galerías contrajo la terrible
silicosis, sé que trabajó con Ginés y otros alumbreños como Gabriel Hernández
(el Torero), Ángel Navarro y otros. Por mi familia también supe que mi abuelo
materno quedó inválido de una mano en un accidente en la mina, en fin, que a
pesar de todo a mí las minas no me van nada, pero me gusta saber todo cuanto
pueda de mis orígenes y de mis antepasados, y eso me da fuerzas para superar
cualquier posible rechazo.
Comenzamos por la zona de la capa
freática que alimenta el Pozo del Rufo, lugar que, al parecer, dio origen a la
fundación de la Compañía de Aguas Los Cartageneros y que desde principios del
siglo pasado (1906), alimentó a Cartagena por medio de dos pozos, San Camilo y
San Antonio, y también se abastecía de allí los aguadores de la zona cuya agua
vendían luego por los pueblos y por la ciudad.
Mina Manolita del Complejo Minero de La Parreta.
Foto: Francisco Atanasio Hernández
La mina Manolita está muy cerca de
los pozos mencionados, y dice Ginés que estuvo trabajando en ella de maquinista
en el castillete, así que nos entretuvimos un poco recordando cual era su
trabajo, junto a las ruedas dentadas de la maquinaria que subía y bajaba a los
mineros en la jaula.
Seguidamente nos pasamos por la mina
San Simón, a la que hace unos años le destruyeron el castillete para llevarse
las partes metálicas y las poleas, y enseguida nos encontramos en la zona
principal del complejo minero, donde se pueden ver todavía los restos de las
oficinas, en cuya parte superior aún porta el rótulo de la empresa en forma
circular “Montañero S.A. Grupo Minero La Parreta” y en su interior, dentro de
un engranaje, dos ramas de olivo cruzadas formando un óvalo abierto por arriba,
dentro del cual se cruzan los astiles de un martillo y un marro, y junto a las
oficinas, los talleres, y en las cercanías del edificio administrativo, el
lavadero San Ignacio, las tolvas, el comedor etc.
Logotipo del Complejo Minero. Foto: Francisco
Atanasio Hernández
El camino de subida nos llevó a
visitar la mina Impensada, luego la de Los Ángeles, y antes de ésta, el túnel
de comunicación con la parte donde están las oficinas, el lugar donde se
guardaban los explosivos de la mina, y de ahí a la de El Faro, y era inevitable
la visión de los restos de una antigua fundición que también tenía el complejo
minero y una balsa donde se recogía el agua que se extraía de algunas de ellas,
como La Manolita, y que luego se aprovechaba para el lavadero, entre otras
utilidades.
Como nos quedó tiempo, lo
aprovechamos para visitar el lugar donde estuvo instalada, durante algo más de
un siglo, la fábrica de Explosivos de Alumbres denominada Garrabino y que hoy
es solamente un solar. Camilo Calamarí Rossi, fue director de Garrabino y uno
de los propietarios de las minas del Complejo de la Parreta.
Restos de la mina Felicidad. Foto: Francisco
Atanasio Hernández
RECURRIENDO A LA
MEMORIA POR LOS PARAJES DE ALUMBRES
Mi amigo Ginés Valero (el Chinche), a
pesar de su avanzada edad, es un hombre muy voluntarioso, con unas insaciables
ganas de saber, de participar y de superarse, verdaderamente envidiables, y le
había prometido que haríamos algunas incursiones más por lugares cercanos al
pueblo que él bien conoce, por lo tanto, un día salimos a visitar dos lugares
conocidos por los alumbreños, pero que ya sólo forman parte de nuestra memoria,
porque únicamente quedan restos de las construcciones en el mejor de los casos,
pero sobre todo montones de escombros.
En el paraje conocido como Los Pistones-cerca de la
mina Felicidad. Foto: Francisco Atanasio Hernández
El lugar elegido fue el paraje conocido
como Felicidad, pero también visitamos Los Pistones, la cantera y los restos de
la casa del guarda (el Cabila y otros).
La Felicidad es también el nombre de
una antigua mina que estuvo ubicada en ese lugar, y de la que aún quedan
restos, como es la sala de máquinas, el transformador, vestuarios, una balsa y
pozos, por cierto, uno de ellos carece de brocal. Al lado del pozo hay una
balsa que seguramente se utilizó como primer recipiente.
La mina es antigua y en su momento
debió de producir algún mineral de los que abundaban por aquí, plomo, zinc,
etc., como todas las que se abrieron por la zona, sin embargo, dice el Chinche,
que recuerda que allí trabajó su padre José
Valero y Carmelo Aranda, y que él sólo vio extraer agua que se almacenaba en
una balsa para enviarla a Garrabino. Desde luego, todavía se pueden ver restos
de obra de las conducciones de agua en dirección a los restos de la balsa y a
la fábrica de explosivos.
Cuenta el Chinche, que a esa balsa
iban a bañarse los zagales del pueblo de su época, y que él como era más
pequeño que sus amigos y hermanos no se bañaba, pero hacía de vigilante, y
cuando veía al guardia avisaba a los demás para salir corriendo.
Libros
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.
Documentos.
-Carlos Lanzarote. Plano de la minería Cartagena-La Unión.
-Francisco Atanasio Hernández. Artículos periódicos publicados en Facebook.
Poema acróstico
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres desde mi memoria.
Prensa
-Archivo Municipal de Cartagena. Gaceta Minera.
-Archivo Municipal de Murcia. Provincias de Levante.
Fotos
-Francisco Atanasio Hernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario