La fundación de la Cruz Roja de Alumbres
tuvo como precedente un trágico accidente laboral que costó la vida de 9
personas y que puso de relieve las deficiencias que el pueblo padecía, porque
estaba totalmente abandonado por las autoridades políticas del municipio. Sin
duda alguna, la mejoría que obtuvo el pueblo lo había pagado ya con un precio
muy alto.
Foto: Proyecto Carmesí
El
día 30 de marzo de 1926, a poco más de la una de la tarde, se producía una
tremenda explosión en la fábrica de Unión Española de Explosivos de Alumbres
(Garrabino) que se pudo escuchar en toda la sierra minera.
Al
lugar de la explosión se personaron numerosos alumbreños, hombres, mujeres y
niños ofreciendo su colaboración en lo que pudiera hacer falta- aunque no
pudieron pasar al recinto de la fábrica por estar prohibido- entre los que se
encontraba el médico del pueblo que de inmediato se dedicó a auxiliar en lo
posible a las víctimas del trágico accidente.
También
hay que destacar la benéfica labor de la Cruz Roja de La Unión, El Llano del
Beal y Cartagena que de inmediato se pusieron en camino hacia Garrabino y antes
de media hora ya estaban allí asistiendo a los heridos, rescatando de los
escombros a las víctimas, y trasladándolas al hospital de la Caridad de La
Unión.
El efecto de la
explosión era impresionante, donde estaba el taller de lavado de nitroglicerina
sólo había un tremendo socavón humeante y entre los escombros algunas víctimas.
La onda expansiva también acabó con todos los cristales de la fábrica y con las
cubiertas de los demás edificios.
Explosión
en Garrabino 30-3-1926 Foto: Casaú
En este
accidente murieron 9 trabajadores y resultaron heridos 6 hombres y 5 mujeres.
Las
víctimas mortales del fatal accidente fueron: Emilio Grossi; José Aranda
Hernández; José Palazón Nicolás; José Legal; Juan Hernández (hijo); Pedro
Fuentes; José Conesa Pedreño; Pedro García Conesa; Juan Martínez.
En aquellos cutres años de la dictadura de
Primo de Rivera, Alumbres, era un pueblito más de la sierra minera, y los
políticos sólo aparecían por aquí cuando sucedía alguna desgracia colectiva o
en campaña electoral, por eso no es de extrañar que a los caciques y su coro de
palmeros los veamos dirigiendo todo tipo de organizaciones, y las benéficas
eran muy importantes para hacer carrera política y para que no se escapara nada
a su control y llegado el caso, estar en el lugar oportuno en el momento
oportuno, y cada vez que realizaban una mejora en el pueblo, por pequeña que
fuese, allí se montaba el día de Acción de Gracias y de discursos políticos
correspondiente ¿No sé porqué me sale esta frase, ahora que no hablo de los
políticos de la actualidad? ¿Será porque la falta de escrúpulos y el
oportunismo de los políticos de aquélla época se manifestaba de la misma manera
que la podredumbre institucional y política actual? Quizás.
El caso es que,
de resultas del trágico accidente de Garrabino se generó un torbellino de
declaraciones que duró varios días en la periódicos de la época, en las que se
trataba sin rubor el afán de protagonismo de unos y otros personajes de la
farándula, incluso el alcalde de Cartagena, Alfonso Torres, se dignó visitar el
pueblo, prometiendo la realización de diversas reparaciones de calles, rambla,
puente, iglesia, etc., etc., ya que su situación era caótica, producto del
total abandono, además de la habilitación de una vivienda del pueblo como Casa
de Socorro que estaría a cargo de la Cruz Roja, ya que el pueblo carecía
incluso de farmacia.
Garrabino
1926. Foto: Casaú
El día 7 de noviembre de 1926, en
el tren de las dos y media de la tarde llegaron a la estación de Alumbres
diversas autoridades militares, religiosas y de la Cruz Roja de la ciudad
portuaria, así como varios miembros de la Cruz Roja de La Unión y del Llano del
Beal, y allí les esperaban, el párroco del pueblo Sr. Fernández Cano, el médico
Sr. Luciano Estrada, así como otras personalidades. También esperaban allí la
Sección Ciclista de la Cruz Roja de Cartagena.
Desde la
estación se dirigieron todos a la casa del Sr. Estrada que era donde debía de
celebrarse la reunión que iba a presidir el Arcipreste D. Pedro Gambín Pérez,
acompañado por los Sres. Fernández Cano y Luciano Estrada.
Después
de los discursos protocolarios de rigor, se iba a fundar La Cruz Roja de
Alumbres, la cual estaría dirigida por la Junta Directiva que se nombró al
efecto: Presidente: D. Luciano Estrada Maureso (médico del lugar);
Vicepresidente: D. Juan José Fernández Cano (cura párroco); Secretario: D. José
Martínez Madrid; Tesorero: D. Andrés Martínez Cao; Contador: D. Antonio Ruiz
Laguna; Vocales: D. Francisco Maruenda; D. José Hernández Ojados; D. Francisco
Pérez Vidal; D. Fernando Raja Hernández; D. Lorenzo Pérez; D. Pedro Caparrós
Galindo; D. Ángel García; D. Antonio Maciá Sánchez; Ambulancia. Practicante: D.
Amalio Martínez; Auxiliar: D. Vicente Samper; Oficial: D. Pascual Martínez;
Sargento: D. Ginés Morales; Cabo: D. Juan Conesa; Camilleros: 16 personas
(cuyos nombres no menciona la prensa de la época).
Terminado
el acto, el Sr. Estrada invitó a los presentes con dulces y licores, y después
marcharon a visitar el local donde se iba a instalar la Casa de Socorro a cargo
de la Cruz Roja de Alumbres y que se pensaba ubicar en la Plaza del Dr.
Estrada, recientemente bautizada como tal.
Posteriormente,
el día 19 de noviembre, la prensa publica una nota en la que la Reina Victoria
Eugenia de Battenberg, ratificaba el nombramiento de Luciano Estrada Maureso
como presidente de la Cruz Roja de Alumbres.
No
obstante, la toma de posesión de la Nueva Junta Local de la Cruz Roja de
Alumbres, se llevaría a cabo el 23 de enero de 1927, durante un acto protocolario
realizado en la casa del Dr. Estrada y al que nuevamente asistieron diversas
personalidades de la Cruz Roja.
Local
propiedad de la Cruz Roja en plaza Dr. Estrada. Foto: Francisco Atanasio Hernández
Finalmente el
día 3 de julio de 1927 se inauguraba la Casa de Socorro de Alumbres, con
presencia de personalidades de la Cruz Roja de Cartagena, La Unión y Llano del
Beal, y autoridades civiles, políticas, militares y religiosas de la ciudad
departamental y del pueblo, nuevamente en un acto solemne, donde cada una de
las personalidades de la mesa dedicó un discurso cargado de emoción y buenas
intenciones a los presentes.
Como
siempre que se celebraba algo en aquellos tiempos, no faltó a la cita una banda
de música haciendo sonar los acordes de La Marcha Real y otras piezas de igual
naturaleza.
El
local de la Cruz Roja fue bendecido, como era de obligado cumplimiento en la
época, por el Arcipreste Pedro Gambín, auxiliado por el párroco del pueblo Juan
José Fernández Cano.
Fuentes
Libros
-Miguel Ángel López Morel. 100 años de la Cruz Roja en La Unión.
-Francisco Atanasio Hernández. Retazos de la historia de Alumbres.
-Francisco Atanasio Hernández. Alumbres algunas historias pendientes.
Documentos
-Notaria de La Unión. Nota simple informativa.
-Actas Junta Vecinal.
Prensa
-Archivo Municipal de Cartagena. Cartagena Nueva.
-Archivo Municipal de Cartagena. El Porvenir.
-Archivo Municipal de Cartagena. El Eco de Cartagena.
-Archivo Municipal de Cartagena. La Tierra.
-ABC.
Fotos
-Francisco Atanasio Hernández.
-Proyecto Carmesí.
-100 años de la Cruz Roja en La Unión.
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